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"Los niños con alergias alimentarias siempre tienen riesgo, a pesar de las precauciones"

El doctor Antonio Parra advierte que la seguridad total con los niños alérgicos es imposible. "Hay que extremar las precauciones cuando un niño tiene una alergia alimentaria pero, a pesar de ello, no es difícil que haya un despiste, por eso es tan importante que el personal de los colegios o de los campamentos esté preparado para identificar los síntomas y actuar en el caso de que sea necesario", explica.

Parra, jefe del Servicio de Alergología del Hospital de A Coruña y miembro de la directiva de la Asociación Gallega de Asmáticos y Alérgicos tiene experiencia en campamentos especializados para niños con estos problemas que durante años organizó la asociación. "En estos campamentos se extreman las precauciones y, aún así, tuvimos algún problema. En un campamento ordinario es necesario que haya un compromiso de los monitores y del servicio de catering de vigilar a estos niños; es complicado porque en los comedores se juntan niños de cuatro o cinco campamentos, pero tampoco podemos prohibir a los niños acudir a ellos; hay que tratar de llegar a un equilibrio", apunta el alergólogo. Aún así, advierte de que con los niños con alergias alimentarias graves a alimentos difícilmente evitables como la leche o el huevo o los niños con asma no controlada en ese momento, hay que tener mucha precaución antes de decidirse a apuntarlos a un campamento".

Un informe actualizado del niño es el primer paso para conseguir un buen control, algo en apariencia sencillo pero que, advierte el médico, "debería de ser un requisito imprescindible en todos los campamentos".

Por otra parte, el médico destaca la importancia de que el personal responsable sepa actuar ante un shock anafiláctico, la reacción alérgica más grave a alimentos, fármacos y picaduras de abeja que puede ser mortal. Este tipo de reacciones afecta a una de cada 300 personas en algún momento de su vida, pero hay estudios que demuestran que su prevalencia ha aumentado hasta un 50 por ciento en los últimos años. "El tratamiento en estos casos es fácil, una inyección de adrenalina, el problema es reconocer los síntomas con rapidez y para eso es importante formar al personal", apunta.

El experto alaba el funcionamiento del programa "Alerta Escolar", que en estos momentos solo funciona en Galicia.

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