La mujer sudanesa que había sido condenada a pena de muerte por convertirse al cristianismo salió ayer de la prisión donde dio a luz a su segundo hijo el pasado mes, después de que un tribunal anulase su sentencia de muerte. La doctora Mariam Ibrahim Ishaq, de 27 años de edad, fue puesta en libertad y no será finalmente ejecutada, como estaba previsto. También apuntó que hubo un error de procedimiento al anular el matrimonio entre Ishaq y su marido Daniel Wani, también de religión cristiana.

Su abogado, Mohamed Mostafa, ha anunciado que Ibrahim ya ha sido liberada y trasladada "a una casa desconocida para que permanezca allí por su propia seguridad". "Su familia ha sido amenazada antes y tememos que alguien pueda dañarla", dijo.