No era alto ni bajo, le quedaban seis dientes, perdió la movilidad de la mano izquierda por el plomo de un arcabuz que le seccionó un nervio. Fue enterrado pobre, a cara descubierta y amortajado con sayal de terciario franciscano...Estos datos de la descripción física de Miguel de Cervantes ( y de su cadáver) son los que guían la búsqueda de los investigadores que esta semana han iniciado el rastreo de los restos del autor de "El Quijote" en la madrileña iglesia de las Trinitarias pero, aún en el caso de hallar algún esqueleto con estas o semejantes características, la confirmación de la identidad solo adquiría carácter científico si, al analizar el ADN, éste coincidiese con el de alguno de sus parientes.

Los historiadores que asesoran al equipo arqueológico que efectúa el rastreo han sugerido dos personas con las que cotejar el ADN del "posible Cervantes": se trata de la monja Luisa Belén de Cervantes y de Rodrigo de Cervantes. Ambos, nacidos en Alcalá de Henares y pertenecientes a la rama Cervantes Cortinas, pasan por haber sido hermanos del escritor, pero éste es un dato del que discrepa radicalmente César Brandariz, en cuyos tres libros biográficos ya publicados sobre el egregio literato (y ya prepara un cuarto) mantiene que éste no nació en la localidad madrileña, sino en el pueblo de Sanabria, actual provincia Zamora, descendiente de una familia gallega. "De identificarse sus restos y si de verdad se quiere profundizar en el conocimiento del Cervantes hombre -afirma Brandariz- ese posible cotejo del ADN debería extenderse y ampliarse, si fuese técnicamente posible, a los restos más antiguos de los muchos Saavedras enterrados entre los siglos XVI y XVII en Sanabria". "Se acumulan poderosas razones -opina César Brandariz- para plantear la interrogante de si Cervantes es realmente hermano o simplemente pariente de la monja mencionada y de Rodrigo, porque los datos apuntan a que Miguel procedería verosílmente de Sanabria, entonces Galicia, y los Cervantes Cortinas pertenecerían a una familia itinerante asentada en diversas localidades como Córdoba, Úbeda, Baeza, Guadalajara y Alcalá de Henares, pero todos con antepasados comunes en la provincia de Lugo".

En sus tres biografías, Brandariz maneja abundantes datos que le hacen apostar por esta tesis, pero como él, y al margen de cuál fuere la verdadera localidad natal del falso Manco de Lepanto (no era manco, sino que tenía la mano inmovilizada) otros expertos han estudiado y probado el origen gallego de los apellidos Cervantes y Saavedra. Tal es el caso de los reputados genealogistas Méndez de Silva, Mondéjar y Fernández Navarrete, quienes, según narra Luis López Pombo, "nunca han dudado en entroncar los Cervantes con Alfonso Almunio, que acompañó al rey Alfonso VI en la conquista de Toledo, y con su hijo, supuestamente nacido en Celanova, que murió peleando contra los moros en torno al año 1143".

Mayor número de datos se conocen, no obstante, acerca del apellido Saavedra que, según el actual director del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento, Eduardo Pardo de Guevara, "es un topónimo plenamente gallego, pues se localiza sólo en el viejo camino de Outeiro de Rei a Vilalba. No muy lejos de allí, al otro lado del Miño, quedan todavía algunos restos de la antigua Casa de Taboy, que fue solar y cabeza del linaje de los Saavedra y de la que presumen descender la generalidad de las estirpes que han portado este apellido".

Por su parte, el genealogista lucense Manuel Julio Platero realizó, por encargo del ingeniero de Caminos Joaquín Luaces Saavedra, el estudio más amplio sobre este linaje. Dice Platero al respecto de dicho linaje que Urraca Méndez de Saavedra, de la Casa de Balgos (concello de Cervantes, provincia de Lugo), fue contemporánea del escritor y que era "hija de don Alonso López Saavedra, que igualmente pudo haber sido padre o hermano del bisabuelo de Cervantes". "En cualquier caso -añade el genealogista- el padre de Alonso, don Gonzalo Méndez de Saavedra, dueño de la Casa de Balgos, tiene para mí todos los visos de ser un antepasado de don Miguel de Cervantes".

Asimismo, es fácilmente comprobable que el apellido Saavedra aparece reiteradamente en los registros bautismales de la parroquia cervantega de Vilarello y desde muchos años antes del nacimiento de don Miguel.

Los dos Cervantes

La existencia de dos pueblos llamados Cervantes, el ya mencionado en la provincia de Lugo, y el Cervantes de Sanabria, no es ninguna novedad. Sí lo es, en cambio, que en el Cervantes sanabrés fije César Brandariz la cuna de don Miguel. "En los tiempos en que nació Cervantes -refiere el historiador- esta tal aldea de Cervantes de Sanabria pertenecía al Condado de Benavente, es decir, era un territorio incluido en el antiguo Reino de Galicia". Que Brandariz diga que el autor de "El Quijote" era nativo de este pueblo es una conclusión a la que ha llegado no solo mediante un profundo estudio del lenguaje empleado por Miguel de Cervantes tanto en su obra magna como en las Novelas Ejemplares (dirigidas a su protector, el gallego Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos), así como en la descripción de paisajes y costumbres, sino también debido al hallazgo de un documento que, procedente de los archivos del mencionado Conde de Lemos, se encuentra ahora en la Biblioteca Nacional.

Se trata de un texto del historiador portugués Méndez Silva (1600-1670), cronista de Felipe IV, que en la genealogía del que fuera alcalde de Toledo, Nuño Alfonso, de origen gallego, se refiere a los Cervantes como sus ascendientes. Dicho documento remite, a su vez, a un manuscrito original de Florian de Ocampo en el que se habla de "un cautivo muy destacado, que estuvo en la batalla de Lepanto,y que el solar de los Cervantes Saavedra es la villa de Cervantes, en la tierra de Sanabria, del Reino de Galicia".

Pero acaso el documento más peculiar de la confirmación de las investigaciones de César Brandariz sea la "Égloga de Virgine Deipara", un documento proveniente de los archivos conservados del antiguo colegio de jesuitas de Monterrei (Ourense) cuya caligrafía se atribuye a un Miguel de Cervantes. que en el texto confirma su cuna sanabresa. En la "Égloga" se lee: "oye señora mia/la humilde voz que tu sanabrio embia/yo te suplico y pido/princesa de los cielos/que las pasadas guerras y amarguras/que en portugal a avido/conviertas en consuelo/y en amorosa paz las armas duras/y hagas ataduras/tan firmes y tan fuertes/entre los coraones que cessen dissensiones/trabajos alborotos robos muertes/y bivan como hermanos/gallegos portugueses castellanos" .

Este párrafo forma parte de una composición teatral para uso escolar que se representó el 8 de diciembre de 1581 y fue escrito durante una visita que Cervantes efectuó al colegio en el que había cursado estudios años atrás, según Brandariz. Ese mismo año, en agosto, el escritor había estado en Lisboa. "De que Miguel de Cervantes conocía muy bien aquellos territorios y sus costumbres -dice Brandariz- dan fe pruebas como la descripción del carnaval de Laza que realiza en la comedia Pedro de Urdemalas. Pero es que, además, la inspiración escenográfica del Quijote (Quixote en su original) está calcada de paisajes, fauna, flora, costumbres (danza de espadas, peregrinos a Santiago, gaitas, zuecos, "almas en pena"), expresiones ("tarde piache")...propios de la zona".