Los niños de padres divorciados son más propensos a ser obesos que los hijos de matrimonios que permanecen juntos, según un estudio publicado hoy por la revista científica británica "British Medical Journal". La investigación está basada en los casos de 3.166 niños con una media de ocho años de edad, procedentes de 127 colegios de primaria de Noruega. La publicación científica apunta como posible explicación la reducción en los ingresos familiares de una pareja divorciada, una menor dedicación a las tareas de la casa como cocinar.