La saga que arrancó en el año 1963 con las historias de unos seres mutantes con superpoderes continúa y por dos frentes. Por un lado, el próximo viernes, los cines reciben la película "XMen. Days of future past", que en terreno español han traducido como 'Días del futuro pasado' cuando realmente son los días del pasado futuro. El otro frente lo abre Marvel en papel con la edición de la novela gráfica "Patrulla X. No más humanos" que ayer presentó en Vigo el creador de sus dibujos, el valenciano Salvador Larroca, quien también ha dibujado a Spiderman y que en el año 2009 consiguió el Oscar del cómic, el premio Eisner, por un trabajo con Ironman.

El proyecto sobre los X-Men viene avalado por el guion de Mike Carey que junto a los impresionantes dibujos de Larroca han conformado una novela gráfica, la primera sobre el nutrido y unido grupo de los mutantes todopoderosos en los últimos 30 años. En ella, estos seres que durante tiempo han peleado contra ellos mismos deben unirse para evitar la erradicación del Homo Sapiens de la Tierra.

Ayer, en la librería Banda Deseñada, Larroca dibujaba como firma de autor los libros de sus fans que rebosaban en el local. Allí, entre trazo y trazo, este referente mundial del cómic de héroes explicaba cómo en junio de 2013 recibió el encargo para esta obra que arranca en una noche en la sede de la Corporación Autólico, en Seattle, con un ser idéntico a un científico de la base que se hace pasar por él bajo una capa de holograma hasta que una tormenta le deja mostrar sus fauces como se real como el principio del fin de la especie humana.

Aunque Larroca indicó que la confección de las ilustraciones "no fue un reto", desmenuzó en Vigo algunos puntos que afianzan su nivel en esta entrega en la que 'resucitan' algunos X-Men que en teoría se daban por muertos. "He trabajado en esta obra con villanos que ya no existen. La excusa es que los sacas de otras dimensiones para enriquecer visualmente todo. Le das un aspecto reconocible pero sin que quede claro si era el que ya había muerto o si procede de otro mundo".

Es estilo de los dibujos es el de los superhéroes y no el fotorrealismo del que había echado mano en otras obras. Al respecto, indicó que "con los X-Men he intentado hacer un dibujo más dinámico que estático. El lector tiene en su mente la estética de cómo es Magneto, cómo es Cíclope, Lobezno... Si eso encaja, ¿para qué lo vamos a cambiar?"

Preguntado acerca de si ha sentido miedo de defraudar al público, respondió con firmeza: "No, no me afecta en absoluto porque llevo veinte años haciendo tebeos y al que le gusta mi trabajo ya sabe lo que va a encontrar. Al que no le gusta, no lo va a mirar. Por eso, no me preocupa. Parto de la premisa de que, para divertir a alguien, primero me tengo que divertir yo. Si no soy capaz de hacerlo, difícilmente conseguiré la satisfacción del lector".

Dibujos espectaculares (que tuvo que realizar a razón de 50 páginas por mes, cuando lo normal son 30) y mensaje ético son dos bazas de esta novela pero Larroca destaca más elementos: "Es una buena oportunidad para ver un montón de X-Men juntos. Hay personajes que en 20 años los he tocado de refilón, que a penas los había dibujado. Estuve cuatro-cinco años haciendo X-Men y nunca dibujé a Magneto ni a Fénix. En esta ocasión, he podido juntar a todos esos personajes y en una historia que concluye que puedes comprar y leer del tirón. La historia es divertida, creo que está bien y eso se agradece".

Respecto al premio Eisner, apuntó que no le cambió la vida, aunque le dio prestigio. "No me ha dado más trabajo. Es un placer, un reconocimiento, sí, pero no ha cambiado mi vida".