Dos papas vivos, Francisco y el emérito Benedicto XVI, coincidirán hoy en la ceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro de los dos papas más venerados del siglo XX, Juan Pablo II y Juan XXIII. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, anunció ayer la asistencia de Benedicto XVI al acto, al que se prevé que acudirán un millón de fieles, cerca de 150 cardenales, delegaciones de 92 países y 24 jefes de Estado y Gobierno. La representación oficial de España estará encabezada por los Reyes y los ministros de Exteriores, Justicia e Interior José Manuel García-Margallo, Alberto Ruiz-Gallardón y Jorge Fernández Díaz. El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, también asistirá al acto, según fuentes de la diócesis.

El Vaticano y Roma, que han afrontado ya diversas ceremonias multitudinarias, tienen ante sí hoy un acto de fuerte significado para la Iglesia, ya que en la Plaza de San Pedro habrá una canonización de dos papas y contará con la presencia por primera vez dos pontífices vivos, Francisco y el emérito Benedicto XVI.

La organización logística a cargo de la Obra Romana de Peregrinaciones (ORP) del vicariato de Roma informó de que se esperan entre 500.000 y 800.000 personas, pero podrían llegar hasta un millón. No todas podrán entrar en la plaza y por ello se han instalado 17 pantallas gigantes en varios puntos de Roma para que todos los peregrinos puedan seguir la ceremonia.

La misa estará oficiada por el papa Francisco y concelebrarán entre 130 y 150 cardenales llegados de todo el mundo para esta ocasión, así como 1.000 obispos y 870 sacerdotes se encargarán de dar la comunión.

Los más cercanos al Papa serán el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, el cardenal polaco, histórico secretario de Juan Pablo II, Stanislao Dziwisz, y el obispo de Bergamo, Francesco Beschi, procedente de la ciudad natal de Juan XXIII. La ceremonia comenzará, según se lee en el misal que el Vaticano ha distribuido, con el rezo de la Coronilla de la Misericordia a las 09.00 horas, ya que hoy se celebra la Divina misericordia, fiesta de la Iglesia católica que proclamó el papa Juan Pablo II.

Al coro de la Capilla Sixtina, presente en todas las celebraciones, en esta ocasión se le unirá la Filarmónica de Cracovia y el Coro de la diócesis de Bergamo. La parte más importante de la ceremonia será el rito de la canonización, cuando el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, presentará a Francisco "las tres peticiones" de canonización para ambos papas, primero con "gran fuerza", después con "mayor fuerza" y, por último, con "grandísima fuerza".

A continuación, el papa Francisco pedirá que los papas sean inscritos en el libro de los Santos. Posteriormente, se llevarán hasta el altar los relicarios que contienen las reliquias de los santos. En el caso de Juan Pablo II será una ampolla con su sangre y que llevará la mujer costarricense, Floribeth Mora, cuya sanación ha servido como segundo milagro para la canonización del papa polaco. La reliquia de Juan XXIII será un pedazo de piel desprendido durante la exhumación, y que portarán familiares del santo, entre ellos, su sobrino. La basílica vaticana permanecerá abierta hasta las diez de la noche (20.00 GMT) para que los fieles visiten las tumbas de los dos papas santos.

Miles de fieles llegados de todo el mundo aguardaban ya ayer en Roma. El cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, presidió un acto con jóvenes llegados de la capital española en el que definició a Juan XXIII y Juan Pablo II como "dos Papas que han marcado la historia de la Iglesia, y nuestra historia personal".