A finales del siglo XIX, la finca y el pazo que hoy se conocen en Vigo como "pazo de Castrelos" fueron heredados por doña María de los Milagros Elduayen, que era la VIII Marquesa de Valladares, y por su esposo Fernando Quiñones de León, Marqués de Alcedo. Ambos emprendieron una importantísima reforma del edificio. Pero el temprano fallecimiento de la marquesa hizo que el pazo pasase a manos de su hijo Fernando, IX Marqués de Valladares.