Susana Ruíz es diabética y ha conseguido subir al Himalaya, manteniendo a raya esta enfermedad "silenciosa" que afecta ya a más de 387 millones de personas en todo el mundo, pero que no le impedirá una nueva aventura este año en Groenlandia.

En España 2,8 millones de ciudadanos son diabéticos. Una de ellas es Susana Ruiz, de Navarra pero residente en Vizcaya desde hace varios años, que padece diabetes desde los once, por lo que lleva más de 20 conviviendo con esa "compañera" permanente.

Esta dolencia "es un arma de doble filo, no produce dolores como otras enfermedades, pero eso hace que mucha gente no sea consciente de los efectos secundarios que un mal control puede producir en el organismo".

Pero si está "bien controlada, no tiene por que dar problemas", agrega.

Para hacerla visible y de una manera "optimista", en noviembre del año pasado, Susana decidió cumplir uno de los sueños de toda su vida: ver de cerca el Everest y enseñar que con esfuerzo, trabajo, voluntad y tesón es posible mantener a raya la diabetes.

"Cuando llegué al Kala Pattar -un pico de Nepal- me emocioné muchísimo, porque durante muchos años la gente nos había dicho que no podíamos hacer determinadas cosas, y no es cierto", explica Susana.

Esta carrera de ascenso no la hizo sola; durante los dieciocho días que duró el ascenso su marido y su medicación, que le permitió mantener bajo control la diabetes.

La navarra vio en el deporte la mejor manera de demostrarle a la sociedad cómo se pueden alcanzar todas las metas que uno se llega a proponer si se persiguen. "Las limitaciones se las pone uno mismo", aclara Susana, "se puede hacer una vida totalmente normal tomándotelo en serio y con control".

Susana ha emprendido un nuevo viaje en el que, a través de charlas por toda España, cuenta su experiencia. El día 24 estará en Santiago de Compostela con el objetivo de transmitir ideas positivas sobre la diabetes.