El Papa pidió ayer a los fieles ser "servidores unos a los otros" y posteriormente lavó los pies a una docena de enfermos en una breve e improvisada homilía durante la misa 'in Coena Domini' de Jueves Santo, en la que también subrayó que Dios se ha hecho "siervo y servidor" y que esta es su principal "herencia".

En la misa celebrada en la Fundación Don Carlo Gnochi- Centro Santa María della Providenza, Francisco pidió a los asistentes que se den "amor" y sean "servidores" porque es la "herencia de Jesús".

Ante los enfermos, algunos voluntarios y familiares, el Pontífice explicó que "lavar los pies" es un gesto "histórico" que los esclavos hacían "porque las calles eran de arena y cuando se entraba en casa tenían que lavarse los pies".

Con palabras directas y sencillas, puso de manifiesto que la Iglesia conmemora con este acto "la última cena de Jesús" cuando instituye la Eucaristía.