El municipio norteño de Haría se convirtió ayer en el lugar elegido por la familia Cameron para disfrutar de su quinta jornada de vacaciones en Lanzarote. Una vez más, el primer ministro británico, su esposa, Samantha, y sus tres hijos, Nancy, Arthur y Florence Rose, se decantaron por una jornada playera aprovechando el tiempo soleado que, de momento, preside las vacaciones de esta Semana Santa en la Isla.

La playa de La Garita, en Arrieta, una de las zonas costeras con más encanto del norte de Lanzarote, fue el lugar en el que los Cameron tomaron el sol, jugaron con sus hijos en la arena y se bañaron para refrescarse del calor. En ese lugar estuvieron desde poco antes del mediodía hasta después del almuerzo, que realizaron en el Chiringuito Beach Bar, ubicado junto a La Garita. Sobre las 15.30 horas emprendieron rumbo a Haría.

Antes de comer, el político no dudó en cruzar el puente que conecta la pequeña avenida, a la altura de las viviendas, con la estructura de hormigón que sobresale en el mar y que es conocida como La Isla. Desde allí, según el testimonio de varios bañistas, se lanzó al agua y alcanzó la arena a nado en una corta travesía de unos 150 metros. La experiencia le gustó tanto que volvió a repetir, pero en esa ocasión desde la playa.

Aunque la familia Cameron se comportó con naturalidad, como unos turistas más para intentar pasar desapercibidos, sin embargo, la presencia de los guardaespaldas, a cierta distancia del matrimonio y los niños, a quienes no perdían de vista ni un solo momento, atrajo la atención de alguna de las personas que se encontraban en La Garita este miércoles. La nanny que cuida de los hijos de los Cameron se trasladó también a Arrieta para ocuparse de los pequeños.

A la hora de la comida, alrededor de la una, Cameron y su mujer, a los que ya se les nota un ligero bronceado, se decantaron por ensalada y paella, uno de los platos estrella del Chiringuito Beach Bar, que acompañaron con una copa de vino rosado. Ocuparon una de las mesas situadas en la primera línea del establecimiento.

Antes de abandonar el local Cameron se despidió de los camareros, a los que le agradeció la atención recibida. Le entregó su cámara de fotos a uno de ellos para retratarse con parte del personal.

No es la primera vez que el líder de los 'tory' se fotografía con trabajadores de los restaurantes a los que acude durante su estancia en Lanzarote. El pasado domingo lo hizo con el cocinero de Casa García, Antonio Fuentes, en Famara, y el pasado lunes posó con parte de la plantilla del Puerto Bahía, en Puerto del Carmen, donde además, firmó en el libro de visitas de ese negocio de restauración.

El 'premier' británico también tuvo tiempo ayer en Arrieta para intercambiar algunas de sus impresiones sobre la Isla con una pareja de turistas británicos con las que coincidió en el Chiringuito Beach Bar. Cameron comentó a Libby y Aliden Holden, quienes previamente habían saludado al primer ministro en ese lugar, que tanto él como su familia están "encantados" con Lanzarote. "Nos gusta mucho la tranquilidad que hay aquí, problamente regresaremos a la Isla en una próxima visita", les comentó el político conservador. Les citó algunos de los lugares en los que había estado, como Famara, el pasado domingo. "Es un buen lugar para hacer surf", dijo.