A pesar de las tablas, Rafael Álvarez "El brujo" reconoce que sigue sintiendo ese gusanillo cada vez que sube el telón. "Yo siempre tengo miedo porque tengo un gran sentido de la responsabilidad. La gente para la que actúas ha venido a compartir su tiempo contigo y hay que responder a eso", afirma el actor cordobés, considerado una de las grandes figuras del teatro actual. El próximo domingo, las mariposas en el estómago la acariciarán en el Teatro Novacaixagalicia en Vigo, donde a las 19.30 horas representará "Mujeres de Shakespeare", en la que se adentra en el mundo femenino del genio de Avon a través de personajes como Beatriz ("Mucho ruido y pocas nueces"), Rosalinda ("Como gustéis"), Catalina ("La fierecilla domada") y la oscura Dama de los Sonetos.

-¿Cómo las mujeres de Shakespeare que analiza "El Brujo" en este montaje?

-Son mujeres de mucha risa. Esta obra surge de "La invención de lo humano", libro de Harold Bloom, la máxima autoridad viva sobre Shakespeare, que habla sobre las mujeres en las comedias shakesperianas. En sus tragedias, el protagonista es el hombre, pero en las comedias, las heroínas son mujeres, mujeres inteligentes, ingeniosas, elegantes, osadas, sutiles que además dan sopas con honda al varón porque en las comedias el hombre no tiene dobleces, es algo tontorrón y con una capacidad emocional pequeña. Porque cuando putean es una cosa divertida, algo que se convierte en algo sórdido si lo hace un hombre.

-¿Esto no es un poco discriminatorio?

-Pero lo natural es discriminatorio. La diferencia entre hombres y mujeres es algo esencial y ahí está la gracia de la vida. Pero que seamos distintos no significa, desde luego, que no tengamos los mismos derechos.

-¿Las mujeres shakesperianas tienen algo que ver con las del siglo XXI?

-Mucho, aunque ahora son más planas porque la sociedad se ha hecho plana. Igual nos pasa a los hombres. Hoy en día la gente se mueve por eslóganes: si se ha de ser moderno, somos modernos; si toca ser indignados, somos indignados. Todo es muy superficial, no hay identidad individual. Antes esto no era así.

-¿Y no será que idealizamos el pasado?

-Puede ser también, pero lo cierto es que a pesar de todo el conservadurismo del siglo XVI, las mujeres eran maravillosas y auténticamente únicas y esto Shakespeare lo sabía. De ahí sus heroinas. Hoy hemos perdido la visión romántica de la vida.

-Este montaje hace alusión también a la crisis porque uno de los personajes tiene que reutilizar el vestuario por falta de presupuesto...

-Es muy importante hablar de la crisis. No la del teatro, porque el teatro siempre ha estado en crisis, sino de la de un Gobierno que impone el 21 por ciento de IVA al teatro y al cine, el 10% al fútbol y el 4% a las revistas de pornografía. ¿Para castigar a la gente de la cultura?

-¿Usted cree que es un castigo?

-Y si no, ¿qué es? El fútbol es también un espectáculo. ¿Por qué entonces paga otro IVA? Y lo peor es que la sociedad es indiferente a esto. ¿Por qué? Porque la cultura no se considera importante. El teatro paga IVA de más para que el fútbol pague de menos. La cultura está subvencionando al fútbol.