Microsoft dejó ayer de ofrecer soporte para el popular sistema operativo Windows XP y las herramientas de ofimática Office 2003, una jubilación anunciada que pone en riesgo los ordenadores que no se modernicen. Los usuarios de XP y Office 2003 podrán seguir utilizando el software, pero quedarán más expuestos a ataques cibernéticos. Microsoft ya no lanzará más actualizaciones de seguridad, ni parches de errores ni mejoras de contenido técnico. Para actualizar el sistema desde Windows Vista o Windows XP a Windows 8.1, el usuario deberá instalarlo desde un DVD de Windows 8.1 y realizar una instalación limpia.