Los obispos de las cinco diócesis de Galicia han unificado en toda la comunidad unas tasas comunes para la administración de los sacramentos (celebración de misas solemnes, exequias, aniversarios, bodas, bautizos...). Tras este acuerdo, que dispusieron el 20 de enero, las nuevas tasas comunes entraron en vigor el pasado 1 de marzo y ayer fueron publicadas en el Boletín Oficial de la diócesis compostelana.

Hasta ahora, cada diócesis recomedaba a los sacerdotes unas cantidades y, por ejemplo, Ourente tenía las más elevadas de Galicia. "Ahora el sistema es mucho más justo para los fieles de toda Galicia", destaca monseñor Cuevas, portavoz del Obispado de Tui-Vigo y prelado de su Santidad.

De este modo, para igualar las tasas, algunas diócesis las han tenido que subir hasta un 43%, mientras que otras como Ourense se han quedado como estaban o han tenido un ligero descenso. Por ejemplo, la preparación de expedientes de matrimonio ha pasado de 15 a 20 euros y la expedición de certificaciones, de 3 a 5. Un funeral común, por su parte, costaba 90 euros y, ahora, 110, mientras que las bodas han pasado de 32 a 40 euros. "Siempre que sea fuera de la parroquia de cada uno; si no no se cobra nada", recuerda Cuevas.

"No teníamos otro remedio, las tasas llevaban congeladas desde hace 12 años, pero hay que recordar que los precios de los servicios son orientativos y totalmente gratuitos para todo aquel que no pueda pagarlos", recuerda Cuevas.

El párroco de La Soledad, en Vigo, recuerda que los obispos invitan siempre a que se acostumbre a los fieles a ayudar a sus parroquias con una cantidad fija, cuyo valor es voluntario, "y en esos casos no se cobran nunca estos estipendios"