Llevábamos tiempo sin saber de Leticia Sabater y de repente irrumpe en la actualidad internacional. "Spanish singer ridiculed" titula el tabloide Daily Mail. Se lo traduzco, por si acaso, pero esto lo entiende hasta Ana Botella: "Cantante española ridiculizada". El ridículo, en este caso, no va implícito en el sujeto, cantante española. A lo que se refiere la prensa británica es a la relación virtual de la rubísima con el mismísimo Kim Jong-un. Leti recibió un tuit: "Hola Leticia, como sabrás este año se celebra el Festival del Uranio y nos gustaría contar contigo, déjanos un contacto. Firmado Kim Jong-un (norcoreano)". Ella, ufana. "Ahora mismo tenemos atados a Carlos Baute e Ismael de GH. El dinero no es un problema -ahí ya las orejas le hacían palmas- Se celebra en Pyongyang". Estaba ella consultando su agenda cuando cayó en la cuenta. Los 239 millones de usuarios restantes de la red social llevaban horas apercibidos de la tomadura de pelo, del perfil paródico. "Yo q ya me iba a comprar el modelito para ir a china a cantar 'mr policeman' y 'letirap' a los chinitos", escribió. Vale, Leti: uno, el uranio no es un refresco; dos, Corea no está en China y tres, aunque se abrió a Twitter no hace mucho el país asiático sólo sigue a tres usuarios. Y tú no estás entre ellos.

"Perdóname, tita, por no comerme el pollo", le ruega, hecha un mar de lágrimas, Anabel, la sobrinísima, a su tía Isabel Pantoja. Cuando una es náufraga (bueno, casi) en un atolón hondureño y pasa verdaderas penurias no ve pasar toda su vida por delante ni recuerda su primera muñeca ni echa de menos el gazpacho de mamá. No le viene a la cabeza su abuelita, sus amigos de la infancia o su novio, ni siquiera el presentador del reality. A quien tiene en mente en todo momento, mirando de reojo a cámara, es a una de las tías, casualmente a la tía famosa, archifamosa. Y que no le pongan delante cocos, ni langostas, ni hamburguesas con patatas. "Me comería un pollo de la Pantoja de cinco kilos", clama al cielo. Un pollo a la Pantoja.

La visita de Enrique Iglesias -sí, Iglesias, otro- a España ha confirmado dos cosas: uno, que, mal que les pese, es el más clavadito a su padre. Cierras los ojos y le escuchas a él, a Julio, el campeón. No cantando, ojo, ahí no entro, ni me decanto, en uno ni otro sentido. En el habla, quizá un dialecto de Miami, las eses aspiradas y tal. Pero si te fijas mejor también la escuchas a ella, a Isabel, porque los genes Preysler pesan lo suyo. A la madre la reconoces en lo de estupendo; a todos los del clan todo el mundo les parece estupendo, no sé si se han dado cuenta. Mi hermano es un chaval estupendo, dice de jr, lo de chaval es más propio de los hijos, como jopé. Y dos, que la familia no se ve mucho, salvo en las revistas. Pero esto lo veníamos intuyendo.

Igual leyeron ustedes con estupor que María José Campanario había sido grabada "borracha y gamberra" y ya se hacían cruces. Si continuaron leyendo verían que lo hacía muy bien, eso sí, pero por exigencias del guión. Igual que cuando su esposo hace de tonto. A Campanario, que estudia para protésica dental o dentista, ya no sé, porque lo hace en portugués, la han fichado para el nuevo programa de Patricia Conde en Cuatro. Se llama la cosa Ciento y la madre, con eso ya está todo dicho. Entre los cientos, Falete o la ya citada, que irá de graciosa oficial. En algún sitio le habrán visto la gracia. El programa va de cámaras ocultas y bromas.Por eso la falsa borrachera. Pura interpretación. Al juez no le convenció.

Hiba Abouk, la actriz de moda, niega haber pasado por el quirófano. En Málaga apareció con un escote que dejó ojipláticos a los presentes, uno de esos que no te permiten fijarte en su talento. Y muchas, que lo saben por propia experiencia, dedujeron que ya que le había costado un pico, qué mejor que lucirlo, rentabilizar la inversión. Otros habrán mirado, y comparado. Pero la noticia, de ser cierta, no es el aumento de pectorales, porque eso ha dejado de serlo, ni siquiera aun en el supuesto de que llevara como complemento una reducción de cadera. El notición era, o habría sido si creemos en la palabra de la chica, que se hubiera puesto, como decían, en manos del mismo cirujano plástico que le hizo la nariz nueva -la primera nariz nueva- a Belén Esteban. Está de moda compartir médico. En los cuerpos de Cayetano Rivera, Enrique Ponce y el rey han entrado las mismas manos, quirúrgicas manos, por ejemplo. Por motivos bien distintos, eso sí. El facultativo estético en cuestión es el mismo que ha sentenciado que el culo de Kim Kardashian "no es de este mundo". En eso estamos de acuerdo. Pero aquel apéndice nasal, tampoco.

No existía, hasta la fecha, constancia científica, no lo suficientemente contrastada al menos. Ahora sí. El hallazgo no lo ha publicado Science, sino la revista ¡Hola! Existe una mujer, una sola, probablemente la primera y la última, que rejuvenece un año -o más- cada año que pasa. De modo que, madre de familia como es, en estos momentos ya son intercambiables los papeles y sus hijas, contra natura, pasarían perfectamente por sus madres, y viceversa. Y no solo eso, también se estiliza casi en idéntica proporción, aunque eso es algo que se dá de forma habitual en la citada publicación divulgativa. El fenómeno de la naturaleza, el prodigio que ha superado en asombro al hallazgo del bosón de Higgs o de los primeros esbozos de vida artificial, ya habrán caído en la cuenta, no es otra que Isabel Preysler. Dicen los expertos que, sobre el cuché, intuyen lifting, rinoplastias y botox varios. No saben lo que dicen. Se habla de cirugías, de estiramientos, de dietas, de pastillitas de colores. Tonterías. Será una cosa tonta y natural, como el caso de una mujer inglesa que asegura haber rejuvenecido diez años en un mes bebiendo mucha agua, tres litros diarios. Pero no se fíen. No lleva el aval de ¡Hola!