La leyenda de Manuel Benítez "El Cordobés" perdura al ser el gran triunfador del vigésimo festival a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer celebrado en Córdoba, después de cortar dos orejas del novillo al que estoqueó el día en que el también conocido como quinto Califa del Toreo regresaba a los ruedos a los 77 años,

Córdoba vivió una emotiva jornada de homenaje a la figura de su máximo representante en vida de la tauromaquia.

El Coso de Los Califas, inaugurado hace un cuarto de siglo por el veterano matador de Palma del Río (Córdoba), ha servido como escenario para volver a ver hacer el paseíllo y torear a una de las figuras más aclamadas del ámbito taurómaco, tras un período de ocho años sin pisar el albero.

Con los tendidos llenos, a excepción del graderío, la plaza cordobesa ha disfrutado con el espectáculo ofrecido por un cartel inédito donde Benítez ha podido salir a hombros junto a su hijo Julio, el menor de sus descendientes.

"El Cordobés" saludó a su antagonista con temple en el toreo a la verónica antes de mostrarse clásico en la forma y con temple en el toreo de muleta. Las mejores series las dejó con la zurda encurvando la figura para así llegar al tendido antes de practicar una tauromaquia menos ortodoxa, calando también en el respetable.

"Finito de Córdoba" dejó las mejores escenas taurinas mostrándose voluntarioso para llegar a la gente con un animal que concedió menos opciones que el resto. El torero lanceó con elegancia antes de brindar al quinto Califa y de iniciar una faena de muleta más vistosa en el toreo al natural.

José Luis Torres anduvo resuelto con la capa y versátil. Con la muleta, dejó destellos sobre la diestra empleándose con un repertorio completo con la franela para practicar una completa faena.

Julio Benítez, muy voluntarioso, se mostró intenso y con raza para fundamentar actuación en el toreo con las rodillas en tierra. Con la muleta, se mostró largo y profundo para alternar con diversas series sobre ambas manos.

Israel de Córdoba, ante un novillo con cierta complejidad, dejó una faena seria, donde el éxito obtuvo gracias a su buen hacer con la muleta, también por ambos pitones en series de tres. Estoqueó con efectividad, por lo que pudo desorejar a su antagonista.

Fermín Bohórquez, que abrió plaza, tuvo que exprimir a su cuadra para intentar mover a un astado a menos. La faena, con intensidad en banderillas fue redondeada con un rejonazo certero.

Tarde para el recuerdo en Los Califas en un día donde el festival sumaba su cuarto de siglo. Manuel Benítez volvió a los ruedos, el veterano volvió a pisar plaza dejando la sensación de que la experiencia podría repetirse.

Benítez ya apuntó en la presentación del cartel que estaba "entrenado y preparado para torear", hasta el punto que se quiso hacer cargo "personalmente" de la organización de un festejo que ha sufrido una modificación con respecto a la relación presentada inicialmente, la incomparecencia de Enrique Ponce, por prescripción médica tras su cornada en la feria de Fallas.