Un fármaco probado en gallegos y que solo cuesta 2 euros ha demostrado que su uso precoz por los servicios de emergencias en el camino hacia el hospital mejora de manera "muy significativa" la función cardíaca tras un infarto y la mantiene, por lo que si la mitad de estos pacientes en Europa se tratasen con el mismo, el ahorro superaría los 10.000 millones de euros anuales.

Los resultados del trabajo se publican en Journal of the American College of Cardiology, la revista del Colegio Americano de Cardiología, y en él han participado, entre otros, investigadores del Hospital Meixoeiro de Vigo y del servicio de emergencias gallego del 061. El equipo, liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), con Valentín Fuster, también contó con hospitales de Madrid, León y Cantabria.

El fármaco estudiado se llama metoprolol y hasta ahora se había usado sobretodo para hipertensión arterial.

Según los investigadores, una única administración precoz del mismo a pacientes con infarto de miocardio durante el traslado al hospital en ambulancia es capaz de mejorar de manera "muy significativa" la fuerza contráctil del corazón, "mejora que se mantiene al menos seis meses después de la intervención".

El ensayo clínico (METOCARD-CNIC) probó el fármaco en 202 pacientes y adelanta que los primeros resultados muestran que los pacientes infartados que habían recibido este tratamiento por parte de los servicios de emergencias tenían una cantidad de músculo cardiaco necrosado mucho menor que los pacientes que fueron aleatoriamente elegidos para el control y que no recibieron el fármaco.

Ahora, se demuestra que la proporción de pacientes con una función contráctil del corazón severamente deteriorada es "mucho menor en el grupo que recibió el metoprolol (un 60 % menos)".

Según el CNIC, se ha observado, además, que la tasa de reingresos por insuficiencia cardiaca crónica se reduce de manera muy importante.

El tratamiento con metoprolol tiene un coste menor a 2 euros, lo que los investigadores advierten que puede derivar en un ahorro tremendo para los sistemas sanitarios en toda Europa. Las estimaciones iniciales apuntan a que si la mitad de pacientes con infarto en Europa se tratasen con este fármaco de manera precoz, el ahorro podría ser mayor a 10 billones de euros anuales sólo en tratamientos de insuficiencia cardiaca.