Por el despacho de Alberto Casal Rivas desfilaron durante más de cuatro décadas los nombres más influyentes de la política, la economía y la cultura viguesas. El que en su día fue el notario más joven de España falleció ayer a los 93 años de edad tras una última etapa retirado en Gondomar. Estaba separado y había tenido seis hijos, de los que dos fallecieron. Fiel a la discreción de la que siempre hizo gala, hoy lo despedirán en la intimidad su familia y algunos de sus amigos más cercanos, que lo describen como "un hombre inteligente, intelectual y bohemio".

Natural de Becerreá e íntimo amigo de Álvaro Cunqueiro, Alberto Casal decidió instalarse en Vigo en 1950 porque aquí había ejercido su padre. Hijo y nieto de notarios, su destino parecía escrito, pero llegó a tomar posesión como fiscal durante unos días, justo antes de lograr su segundo título como notario e iniciar una exitosa carrera. Aunque su ocupación principal era la notaría, su gran sensibilidad artística y su inquietud intelectual le llevaron con los años a ensanchar notablemente su círculo de amistades hasta acabar convertido en editor y valedor de literatos y artistas locales.

Casal Rivas jugó un papel determinante en la decisión de Cunqueiro de dejar Mondoñedo y trasladarse a Vigo a trabajar a FARO. Él mismo trabajó como secretario del Consejo de Administración del decano y fue consejero durante unos veinte años, además de mantener siempre un estrecho lazo con la editorial Galaxia, cuyos estatutos se redactaron en su despacho en 1950. Se dio además la casualidad de que tenía su oficina en la calle Reconquista número 9, a escasos metros de la editorial, lo que explica que firmara él personalmente muchos documentos de trabajo de Galaxia.

La ciudad pierde a un hombre "humilde y discreto", recuerdan sus amigos y colaboradores. Gracias a su intensa actividad profesional y a su vasto círculo de amistades se convirtió en un testigo excepcional de la evolución de Vigo en la segunda mitad del siglo XX y en el año 1992 recibió la Medalla de Oro de la Ciudad de Vigo.

El segundo plano en el que se refugió en los últimos tiempos solo lo abandonó a finales de 2011 para acudir a la presentación del libro "Cunqueiro y FARO DE VIGO. El pacto inextinguible", en el que Ceferino de Blas recuerda el paso del escritor y periodista mindoniano por la redacción del decano, y el más reciente lanzamiento del "Epistolario Álvaro Cunqueiro e Alberto Casal (1955-1961)." Este intercambio de misivas durante uno de los periodos más significativos y fructíferos de la vida de Cunqueiro sirvió además para revelar al público la excelencia literaria de Casal Rivas.

"Perdemos un grande escritor", destacó César Cunqueiro en la última aparición pública del notario en febrero de 2013 puesto que nunca llegó a escribir un libro y ya solo se podrá disfrutar de sus obras de carácter epistolar. En esta misma idea incide Alfonso Álvarez Gándara, amigo del denominado "notario vigués con mayúsculas". "Era un excelente profesional y un gran escritor. El libro de cartas con Cunqueiro se puede considerar un homenaje a Alberto Casal", destaca el decano del Colegio de Abogados de Vigo, quien asegura que si tiene que recordarlo se lo imagina siempre "en compañía de Cunqueiro y de mi tío Emilio Álvarez Gándara".

Imposible recordar la figura e influencia de Alberto Casal sin hablar de Álvaro Cunqueiro, Castroviejo, los hermanos José María y Darío Álvarez Blázquez o Pedro Díaz. Méndez Ferrín se refiere a ellos como "el cenáculo de Vigo" en un artículo reciente sobre las primeras celebraciones de la Festa do Albariño a principios de los 50 a la que acudieron invitados por Bernardo Quintanilla.

Casal prefería dejar sin fecha su amistad con Cunqueiro, que se remontaba a años antes de la llegada de este último a Vigo. "Yo estuve muy interesado en que dejase Mondoñedo y viniese a Vigo porque estaba muy embebido allí, como arrinconado o desterrado en su propia tierra. Y fui testigo de ese tiempo en que escribió "Merlín y familia" y en el que íbamos junto al Cebreiro", recordaba el notario y valedor de artistas en sus memorias publicadas por FARO los días 4, 5 y 6 de junio de 2010 en conversaciones con el periodista Fernando Franco.

Más partidario de hablar de sus numerosos amigos que de él mismo, se pasaba horas elogiando a Urbano Lugrís, Laxeiro, Francisco Fernández del Riego, Laforet, Kruckemberg, Paz Andrade -padre e hijo- o Francisco de Sales, mientras prefería pasar más de puntillas por hechos que hoy forman parte de la historia de la literatura gallega. Casal acompañó a Cunqueiro a recoger la primera edición de "Merlín e Familia" en 1955. A su gran amigo y mecenas dedicó el escritor de Mondoñedo su primera obra narrativa y un libro que marcaría la narrativa gallega de posguerra.