Xosé María Díaz Castro -poeta al que este año se dedica el Día das Letras Galegas- publicó un solo libro en vida, el magnífico poemario "Nimbos", que la crítica destaca unánimemente como uno de los mejores de la literatura gallega. Sin embargo, Díaz Castro no fue solo autor de esos 32 poemas que conforman esta obra y que incluye el aplaudido "Penélope". El autor de Guitiriz escribió durante toda su vida y fue un importantísimo traductor, autor de narrativa y articulista de prestigio durante la posguerra en periódicos entre los que se encuentra FARO. Por primera vez, una tesis recorre a fondo toda su biografía y recupera los más de 200 poemas que escribió en gallego, algunos publicados en revistas pero la amplia mayoría, 160 en total, inéditos y custodiados hasta ahora por sus herederos y la Asociación Xermolos de Guitiriz.

El profesor y crítico literario Armando Requeixo es el autor de este trabajo que hoy, tras dieciocho años de investigación, presenta en la Universidade de Santiago ante un tribunal presidido por Xesús Alonso Montero, presidente de la Real Academia Galega, que estará acompañado por los doctores Arcadio López-Casanova, de la Universidad de Valencia; Aurora López, de la Universidad de Granada; Xosé María Dobarro, de la Universidade de A Coruña, y Xosé Manuel Salgado, de la Universidade de Santiago.

"Leí por primera vez a Díaz Castro cuando aún estaba en el Bachillerato y, desde el principio, quedé fascinado por su poesía. Por eso al terminar la carrera y el doctorado no dudé en dedicar mi tesis a su figura y hacerle justicia porque Díaz Castro es muchísimo más que el maravilloso 'Nimbos'; de hecho, ese libro es una séptima parte de su obra poética", explica el filólogo mindoriense. "Llevo muchos años trabajando en esta investigación por lo que ha sido pura coincidencia que la presente en el mismo año en el que es el protagonista de las Letras Galegas", advierte Requeixo.

Además de esta edición crítica de su poesía en gallego, el próximo mes Galaxia publicará la poesía completa de Díaz Castro en gallego y los epistolarios que explican la gestación de "Nimbos", cartas con Francisco Fernández del Riego, Ramón Piñeiro y Ricardo Carvalho Calero, fruto también del concienzudo trabajo de Requeixo. El investigador también ultima las correcciones del resto de los textos poéticos de Díaz Castro, una obra que editará el Consello da Cultura Galega y que reúne también poemas que el autor escribió en latín, alemán y francés.

Y es que la faceta de traductor de Díaz Castro es casi tan interesante como la poética e igualmente desconocida. "Díaz Castro fue un traductor muy reputado que era capaz de traducir en los años 50 hasta 14 idiomas; además de los más importantes europeos, fue uno de los especialistas en los nórdicos y, por supuesto el latín y hebreo que aprendió en el seminario", describe Requeixo. De hecho, fue el responsable de traducir en Aguilar todos los grandes Premios Nobel nórdicos; numerosas novelas y, como curiosidad, fue el traductor al español de las novelas de Ian Fleming sobre el popular agente 007. Además, su enorme versatilidad como traductor le llevó a trabajar como traductor en el Ministerio de Gobernaciones y en el Centro Superior de Investigaciones Científicas, entre otras instituciones.

"Era importante recoger todo el abanico autorial de este gran escritor y no solo su faceta de poeta en gallego y ese ha sido mi reto y mi aportación a los investigadores que continúen después esta labor", concluye el estudioso.

Los doctores Carmen Blanco y Claudio Rodríguez Fer, directores de la tesis de Armando Requeixo, fueron además amigos del escritor Díaz Castro. Apasionados de su obra, muy jóvenes comenzaron a cartearse con él y trataron de conocerlo cuando vivía en Madrid pero su personalidad discreta y poco dada a los ambientes sociales hizo que fracasaran en el intento. "Hasta que no regresó a Guitiriz en los años 80, en su jubilación, no pudimos conocerlo", recuerda Claudio. Desde ese momento comenzaron una relación muy cercana.

"Nunca promovió la visibilización de su obra y todo esto, unido a su perfeccionismo, ha hecho que sea un poeta poco conocido y poco estudiado, a pesar de sus enormes méritos", destaca Rodríguez.

Fue a su regreso a su tierra natal cuando sus amigos le animaron a que sacase a la luz su obra y consiguieron que publicase algunos poemas en revistas. "El trabajo de traductor le quitaba muchísimo tiempo y a eso hay que añadir el que utilizaba para formarse, muchas veces de forma autodidacta, en los idiomas, por eso también no pudo dedicarse demasiado a promocionar su obra poética", justifica el filólogo.