Para las villas de Verín y Xinzo, ayer no fue un domingo cualquiera. Ni siquiera para los feligreses que cumplieron con la cristiana costumbre de ir a misa fue una jornada normal. Cigarrones y peliqueiros irrumpieron ya de mañana en las calles y plazas para imponer su ley a golpe de zamarras y estruendosas vejigas y deponer incluso los ritos más sagrados.

El domingo previo a los días grandes del Entroido se llama Corredoiro porque ante la presencia de la imponente y poderosa máscara ancestral se hace necesario correr. En Verín, la primera aparición de los cigarrones se lleva a cabo bajo la estricta misión de increpar a aquellos que van a misa. Es lo que hicieron ayer decenas de estos personajes apostados a la puerta de la iglesia para amedrentar con sus zamarras a los que anteponen la espiritualidad a la fiesta del carnaval.

Pero no solo los devotos cumplidores fueron diana de los cigarrones, cualquiera que se cruza en su camino puede convertirse en víctima de su látigo.

A pocos kilómetros de Verín, las pantallas ondearon sus capas rojas y cintas de colores en sus bailes y persecuciones. Esta máscara se arman con dos vejigas de vaca infladas que golpean entre sí para asustar a quien osa pasar por su lado o interferir en su camino. Entre sus privilegios está el de exigir el pago de una ronda de vino en cualquiera de los bares y tabernas. Pero mientras en Verín los cigarrones son los únicos protagonistas del Corredoiro ya que apenas se ven disfraces en la calle, en Xinzo las pantallas son "amos y señores" de una población ya entregada en cuerpo y alma al Entroido desde hace semanas. Tras el calentamiento del Fareleiro y el Oleiro, el domingo Corredoiro es la auténtica explosión del carnaval en la capital limiana, capital del ingenio en el arte del disfraz.

Pero no solo fue fiesta ayer en los dos picos del "triángulo máxico" que se completa con Laza. En la capital de As Burgas también se celebró el Entroido en Seixalbo, donde los míticos personjes Paquita y Nicanor desfilaron por el pueblo hasta la Praza Maior, donde se celebró el "xogo das olas" y hubo baile con el grupo Santa Cecilia.

También en el barrio de As Eiroás se festejó ayer el domingo Oleiro, amenizado por la charanga Os Chispas.

Estas manifestaciones son el preludio de una semana agitada en la provincia. El Xoves de Comadres, con una fiesta multitudinaria en Verín, será el pistoletazo de salida para el Entroido más tradicional y participativo de la comunidad gallega.