La laminaria es un género de algas pardas (Phaeophyceae) caracterizado por láminas largas, correosas y relativamente grandes, que se fijan en la superficie rocosa a través de una especie de raíces. Los bosques de laminarias son típicos del ecosistema litoral atlántico y cantábrico, y en Galicia se desarrollan relativamente cerca de la superficie, ya que se fijan en rocas que no están a más de quince metros de profundidad. Bajo las laminarias, a su vez, crecen otras especies de algas más pequeñas. Se trata de un hábitat con una enorme biodiversidad, fundamentales para el ecosistema marino, ya que sirven de protección y de alimento a numeroas especies de peces, crustáceos y moluscos.

"Es uno de los ecosistemas con mayor número de especies por metro cuadrado. Son como el bosque tropical pero submarino", afirma el biólogo y submarinista Manuel Enrique Garci. Pero los bosques de laminarias tienen también un enorme valor desde el punto de vista económico, ya que entre esas especies que cobijan se encuentran muchas comerciales, como la nécora y el pulpo.

Algas de ciclo anual, si la reproducción falla un año, las poblaciones no se renuevan. Precisamente ahora es cuando empiezan a producir las esforas que deberán agarrarse a la roca y de las que saldrán un nuevo ejemplar. "Pero para ello, se tienen que darse unas condiciones ambientales que ahora mismo no se están dando", afirma Garci.