Si la anterior entrega de los Premios da Cultura de Galicia estuvo marcada por las protestas de la Plataforma das Artes Escénicas, la edición de ayer también fue aprovechada por el sector teatral como plataforma para sus demandas. En esta ocasión, fue el director da Mostra de Teatro de Ribadavia, Roberto Pascual, quien se dirigió al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para solicitar medidas que alivien el impacto de la subida del IVA en el teatro.

"Las circunstancias actuales", explicó Roberto Pascual, afectan al "dinamismo" del teatro, por lo que ve "necesario" que se incrementen las inversiones públicas en este capítulo. Además defendió que sería "justo" tomar en Galicia "medidas paliativas como han hecho otros gobiernos autonómicos" frente a la que calificó de "injusta" subida del IVA cultural, que afecta, sobre todo, a la "capacidad de crecer" del sector.

Ramón Campos, cofundador de Bambú Producciones (responsable, entre otras, de series como "Gran Hotel"), también advirtió sobre la situación actual del sector audiovisual gallego -categoría en la que recibió el galardón junto a su socia Teresa Fernández-Valdés- y conminó a "hacer algo entre todos para que siga adelante" en una "progresión", que, avisa, está "empezando a cortarse".

En la edición de este año se estrenó el Premio de Lingua, que recayó en la Asociación PuntoGal por lograr "un dominio netamente gallego". Su presidente, Manuel González, señaló que Galicia debe elegir entre "el desafío de construir" un país "desde sus raíces" o la "terrible desgracia de perder una lengua y una cultura milenaria", expresando su deseo de que "en el futuro se sientan orgullosos de nosotros porque supimos estar a a la altura".

El compositor vigués Juan Durán, premiado en Música, recordó que los compositores como él sin intérpretes no son "nada" y que es un "orgullo para la tierra" la elevada "calidad" de los que existen hoy en Galicia. Esos "altos valores" logrados en las últimas décadas se extienden, dijo, a la creación y a la investigación.

El resto de los galardonados compaginó emoción con agradecimientos, aunque algunos se dejaron llevar más por la primera, como ocurrió con Luz Pozo Garza, premio de Letras, quien pidió disculpas porque el sentimiento la impedía hablar, y otros por la segunda, como Natalia Fernández, que recogió el premio a la Fundación Granell en Artes Plásticas. Felipe Criado, director del Museo del Castro de Viladonga, optó por desgranar la trayectoria del centro y apostó por continuar difundiendo el patrimonio "incluso en estos momentos tan críticos".

Carlos Xavier Rodríguez Brandeiro, que recogió el premio al Instituto Arxentino-Galego Santiago Apóstol de Buenos Aires, invitó a Galicia a "superar minifundios improductivos" y a recordar su herencia en la otra "orilla del océano". También durante el cierre de un acto en el que se recordó al actor Manuel Olveira "Pico", el presidente de la Xunta se refirió a los emigrantes como ejemplo de apuesta por una cultura que no se cierra en un gueto, sino que se abre a influencias ajenas.

El mandatario también previno sobre que "ninguna cultura tiene seguro de vida". Para evitar que una cultura "languidezca", señaló, se necesitan creadores e industrias, que no faltan en Galicia. De hecho, Núñez Feijóo defendió que la cultura gallega "experimenta" un "novo rexurdimento".