Posteguillo contó al público que llenaba el auditorio del Areal algunas particularidades sobre la gestación de su novela. No solo con Trajano, al que admira, o la narración de las carreras de cuádrigas. Su pasión por la novela policíaca y los juicios también se refleja en la misma, en la cual el juicio a una vestal tiene una tremenda importancia. Y pequeños detalles como el hecho de que existía un «ajustador de clepsidras» (que casi siempre era sobornado por alguna de las partes) para controlar el tiempo del que disponían los abogados en los juicios dan más veracidad a la historia.

"Cuando yo, vuelto a Valencia, lleno de datos tras el viaje a Rumanía, tierra de los dacios, hago un esquema de las partes de la misma, noto que me falta el corazón de la novela, algo que la haga palpitar. Y como me encantan las novelas de juicios, introduzco uno en tiempos de Trajano para el que también tengo que documentarme. Me invento a una Vestal que había tenido relaciones con un auriga, que tenían totalmente prohibidas bajo pena de enterramiento en vivo. Me faltaba un abogado defensor ¿qué mejor que echar mano de Plinio? Así se fue construyendo la novela".

Acabó con las palabras de Trajano a Menenia, con las carreras de cuádrigas de fondo: "La vida es como un enorme Circo Máximo:7 vueltas, 14 giros, y en cada giro nos jugamos la propia vida, en cada decisión que tomamos o que otros toman por nosotros, sólo que la carrera va tan rápido que no tenemos casi nunca tiempo para pensar. Pero la victoria en la vida no es para el que llega primero, sino para aquellos que consiguen llegar a la última vuelta, al último giro y sobrevivir".