-La población tiene un escaso conocimiento de cuáles son los síntomas de un ictus.

-Eso dicen los resultados de un estudio presentado en la última Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Vienen a demostrar con cifras algo de lo que los neurólogos tenemos conocimiento desde hace tiempo. A diferencia de lo que puede ocurrir con otras patologías como infarto de miocardio. La mayor parte de la población general sabe que un dolor súbito en el centro del tórax, en la zona del pecho y que se extiende hacia la zona de la mandíbula, del brazo izquierdo... o de la espalda, es muy sugestivo de un infarto y hay que ponerse en alerta; la diferencia es que la mayor parte de la población no sabe cuáles son los síntomas de un ictus. Dice el estudio que excepto cuando hay síntomas muy llamativos: una pérdida muy brusca de fuerza en la mitad del cuerpo -en la pierna y el brazo del mismo lado-, dificultades para hablar o incluso que la boca se tuerce, la gente no lo identifica. Se creen que puede ser una bajada de tensión o un mareo.

-En Galicia, donde la tasa de ictus es más alta que en el resto de España, ¿es más preocupante?

-Es una comunidad muy envejecida y con un índice de población por encima de 65 años, muy alto, la prevalencia de la patología cerebral-vascular es muy alta. De las más altas de España. Es la principal causa de muerte en mujeres por encima de los 65 años. Incluso por encima de los datos del resto del territorio español.

-¿Cómo se actúa en ese momento?

-Habitualmente la SEN hace jornadas de divulgación, charlas y mesas redondas. Los neurólogos explicamos que además del típico cuadro de parálisis o pérdida de fuerza del brazo y la pierna, hay otros síntomas. El funcionamiento del cerebro y las estructuras del sistema nervioso central son complejas y muchas veces, signos 'aparentemente poco importantes' como un trastorno transitorio de la visión, con borrosidad visual; o un cuadro de mareo, acompañado de inestabilidad a la hora de caminar, o pérdida de fuerza en un miembro aislado... pueden estar indicando que ese paciente está sufriendo un problema circulatorio cerebral en ese momento. Recomendamos que se ponga en contacto, el paciente o sus familiares, con las asistencias sanitarias. Cuanto antes, será más probable que el cuadro se resuelva sin secuelas importantes.

-Las secuelas, ¿suelen ser importantes?

-La mortalidad es elevada y el porcentaje de personas que tienen secuelas permanentes, también es elevado.

-¿Cómo se explica eso?

-Estamos hablando de una patología vascular y, por tanto, los factores que se consideran de riesgo vascular, como la hipertensión o los triglicéridos en sangre, las arritmias, la diabetes... También el tabaco o la obesidad. Suelen ser los responsables directos. A veces no es así, pero en la mayor parte de los casos, estos factores que hemos enumerado incrementan el riesgo. Y también la edad.

-Ya, pero eso quizás sea lo único que no se puede prevenir, ni detener, ni curar.

-Ni los médicos, ni los pacientes. Aunque cumplir años lleve inherente esas complicaciones. Es el peaje que pagamos.

-¿La angustia también le hace daño al corazón, o la depresión a las arterias, o no hay estudios al respecto?

-Es estrés, por diferentes causas, puede en último término jugar un papel importante -aunque no esté directamente relacionado- en algunas patologías vasculares, propiciar y empeorar, como sí está en el infarto agudo de miocardio. Reacciones nerviosas, que favorecen esa patología vascular.

-Tiene algún buen consejo sencillo, para la prevención.

-El principal factor de riesgo que existe en la población para desarrollar un ictus es la hipertensión arterial que, de hecho, se llama el asesino silencioso. No da síntomas que produzcan dolor ni hagan que nos pongamos en contacto con el médico. De hecho, muchos pacientes llevan años padeciéndola sin saberlo. Un control en el médico de Atención Primaria, a quien debemos dirigirnos para estos casos, sería fundamental. Medidas dietéticas o farmacológicas: reducir la ingesta de sal o tomar medicamentos. Evitar la obesidad y el sedentarismo, también el colesterol; la detección precoz de las arritmias. Son cosas muy básicas, pero en muchos casos de ictus, se descubren con posterioridad.