El arte contemporáneo español está al borde del abismo. No es una simple sensación de los artistas, galeristas y críticos. Que también. La afirmación procede del balance anual de la revista Artprice.com, que cada octubre analiza las ventas y subastas del arte contemporáneo y es recibido por el sector como un termómetro de infalible diagnóstico. España no suele destacar en este informe, pero esta vez lo ha hecho precisamente por sus demoledores resultados. Los técnicos del influyente Artprice indican que los ingresos por arte contemporáneo se han desplomado un 62 por ciento en España y que más del 70 por ciento de las obras contemporáneas subastadas en 2012 no encontró comprador, frente a una tasa de obras no vendidas a escala mundial que se sitúa en el 37 por ciento.

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