La osteoporosis está infradiagnosticada, ya que los propios médicos no le prestan la atención debida a pesar de que se trata de una patología muy prevalente en España -en torno al 17%- y de su elevada morbilidad y mortalidad. Además, la crisis está haciendo que estos enfermos abandonen los tratamientos. Así lo advierte el médico gallego José Carlos Bastida Calvo, coordinador nacional del Grupo de Osteoporosis de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Según datos de esta institución científica facilitados con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis, que se celebró ayer, una de cada dos mujeres y uno de cada cinco varones mayores de 50 años sufrirán al menos una fractura por fragilidad en el hueso a lo largo de su vida. Y es que la osteoporosis es una enfermedad silente que va debilitando los huesos sin que presente síntomas hasta que se produce la fractura.

"Es un importante problema de salud pública, con unas consecuencias socio-económicas enormes por la dependencia que crea. Por ello, es necesario que estemos atentos a los factores de riesgos de la osteoporosis para detectar a aquellos pacientes con un riesgo moderado y elevado, y disminuir en lo posible el riesgo de que sufran una fractura", explica este médico de familia del Centro de Salud Casa del Mar de Marín, quien apuesta por poner en marcha medidas destinadas a corregir este riesgo, al igual que se hace, por ejemplo, con los factores de riesgo cardiovascular.

El especialista hace un llamamiento a los médicos y a la sociedad en general para que tomen conciencia de la importancia de prevenir y tratar esta patología, a la que también está afectando la crisis. "Por los recortes o porque no le dan la suficiente importancia, muchos enfermos están abandonando los tratamientos para ahorrar gastos. Por eso el médico tiene que vigilar, como el cualquier otra enfermedad crónica, el cumplimiento del tratamiento", afirma.

Alerta, además, de una preocupante tendencia al alta de esta enfermedad, no solo por el progresivo envejecimiento de la población, sino por los hábitos de vida de la sociedad. "La mala alimentación de los niños, que han sustituido la dieta mediterránea por la comida basura, y la falta de ejercicio apuntan a un importante aumento de la incidencia de esta enfermedad en los próximos años", afirma.

Para alcanzar y mantener una buena densidad ósea es fundamental consumir calcio -la cantidad recomendada oscila es de 1.000 a 2.000 gramos- y vitamina D, así como abandonar hábitos nocivos como el consumo de tabaco y de alcohol y fomentar otros saludables como el ejercicio físico.

Otros factores, como la edad y el sexo son inalterables, ya que a partir de los 40 años comienza a perderse masa muscular, una pérdida que en la mujer es mucho más rápida a partir de la menopausia. Mientras que la pérdida de masa ósea del varón va a ser de aproximadamente un 20% a lo largo de su vida, en la mujer lo será del 50%. A esto hay que sumar que la mujer tiene menos masa ósea que el hombre, lo que explica por qué esta enfermedad afecta a más mujeres que a varones.