En lo que va de año, 10 nuevas vacunas han sido presentadas mientras se están desarrollando 620 nuevos productos. Un grupo de científicos españoles, dirigidos por el doctor Ramón Cacabelos, ha abierto un nueva vía: la genómica. El estudio de los genes es la base de su vacuna, la EB-101, la más sofisticada de las 25 que existen actualmente. Presentada el pasado mes de enero y patentada en EE UU, la EB-101 es capaz de prevenir la enfermedad y revertir sus manifestaciones cuando ya se ha desarrollado.

Los ensayos preclínicos realizados en ratones han demostrado la eficacia y la seguridad de la vacuna: evita las hemorragias intracraneales que paralizaron las investigaciones de otros equipos científicos a principios de siglo, así como los efectos secundarios de otros medicamentos contra el alzhéimer. Los investigadores del Centro Médico EuroEspes están ya preparados para comenzar los estudios clínicos en humanos, que podrían prolongarse entre seis y ocho años, a la espera de concretar alguna de las negociaciones que mantienen con multinacionales del sector. "Técnicamente está lista", asegura a Efe el doctor Cacabelos. Mientras la propuesta española permanece enfrascada en la burocracia, la carrera internacional contra el alzhéimer mantiene su ritmo vertiginoso. En lo que va de año una nueva vacuna ha sido presentada cada mes. Asimismo, existen 620 nuevos productos en desarrollo.

En España hay entre 500.000 y 1.300.000 casos, con una incidencia de 150.000 nuevos casos al año y un coste anual por paciente que oscila, según el estadio de la enfermedad, entre los 12.700 y los 22.000 euros. "Solo por retrasar en un año la aparición de la enfermedad por paciente reduciremos la prevalencia nacional en un 33%", afirma Cacabelos. La prioridad no es prolongar la vida, sino mejorar las condiciones y la dignidad de estos enfermos, añade el investigador gallego.