Entender los motivos que provocaron el éxito del Homo sapiens sobre el Homo neanderthalensis plantea numerosos interrogantes en el mundo de la arqueología. El yacimiento de Cova Eirós (Triacastela, Lugo) es uno de los escasos de la Península Ibérica en el que se ha observado ocupación por parte de estas dos especies.

La sexta campaña arqueológica desarrollada en esta cueva, del pasado 11 al 31 de agosto, aporta nuevos datos -herramientas de piedra y restos de fauna y restos humanos- que permiten comparar cómo vivían las dos especies, sus estrategias de caza y el uso de los recursos que hacían de su entorno. "Esa es una de las principales ventajas del trabajo en esta cueva: que permite interpretar la forma de vida de dos especies que vivieron en un mismo lugar, aunque con 50.000 años de diferencia", explica Arturo de Lombera, uno de los arqueólogos del equipo que dirige el Grupo de Estudos para a Prehistoria do Noroeste (GEPN) de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social).

En esta nueva campaña arqueológica, un equipo formado por doce personas ha continuado la excavación del sector de la entrada a la cueva iniciada en años anteriores y donde se han documentado ocupaciones de homínidos, entre hace 118.000 y 12.000 años antes del presente.

En este período, Cova Eirós ha sido utilizada por sapiens (Paleolítico superior) y por neandertales (Paleolítico medio).

Por otro lado, el equipo ha excavado el nivel 2 de la cavidad, perteneciente al Paleolítico superior inicial, momento de la cultura Auriñaciense, hace sobre 32.000 años, cuando los sapiens entran por primera vez al noroeste peninsular. También se ha intervenido en el nivel 3, de unos 84.000 años de antigüedad, ocupado por poblaciones de neandertales.

En este nivel se han recuperado restos de huesos de fauna, especialmente de osos de las cavernas, ciervos y caballos e, incluso, del llamado "León de las cavernas", del que apenas hay restos en el noroeste. "Estos grandes felinos competían con los humanos por habitar la cueva", explica Lombera. Además, aparecieron "marcas de corte", que "indican que esos animales fueron cazados y consumidos por los humanos".

También en el interior de la cavidad fueron recuperados varios restos humanos (Homo sapiens, principalmente falanges y dientes) que han sido datados en el 4.700 años antes del presente, lo que supone la constatación del uso de la cavidad con fines funerarios durante el Calcolítico y amplía considerablemente la secuencia de ocupaciones prehistóricas de Cova Eirós.

"Estos materiales se llevarán ahora a Santiago para ser analizados por distintos especialistas y datados con las necesarias pruebas", explica Arturo de Lombera. Durante el invierno prepararán publicaciones para revistas de ámbito internacional.