La noticia sobre la creación de la "hamburguesa de laboratorio" se comentaba ayer en diferentes mercados de abastos, entre ellos, el de O Progreso, en Vigo.

Héctor Soto, de la carnicería Carnatur, lleva trece años en el mercado vigués y desconfía de que la famosa hamburguesa se llegue a comercializar en los mercados de abastos, "aunque nunca se puede descartar nada totalmente" puntualiza.

También comenta el alto precio con el que podría salir la innovación gastronómica al nacer de una investigación, dificultaría su llegada a los mercados de abastos en un futuro cercano.

Héctor Soto puntualiza que este tipo de carne podría utilizarse más para un "mercado sin marca" para grandes superficies restauradoras y no tanto en la venta directa al consumidor. Destaca, además, el hecho de que los clientes del mercado suelen guiarse más por la calidad del producto, por lo que pueden desconfiar de compuestos como el de la "hamburguesa in vitro".

Cita también la particularidad del mercado gallego, concienciado con los productos de la tierra y la etiqueta "produto galego", lo que lo haría a los consumidores más reacios hacia este tipo de alimentación. Aún así, destaca que al tratarse de una novedad, mucha gente podría probarlo como una curiosidad.

De una manera similar, acoge la llegada de la particular hamburguesa Fernando González, también carnicero en el Mercado do Progeso. A Fernando, que cuenta con su propia particularidad dentro del mercado al ofrecer a sus clientes la "Hamburguesa XL", le intriga la posible textura de la innovación.

"No creo que la gente tenga la misma sensación que cuando se trata de carne pura. Desde mi punto de vista, se parecería más a tomar una gominola con sabor a kiwi, es como una gominola con sabor a carne", afirma. Como Héctor Soto, destaca que es algo que la gente podría probar por curiosidad pero afirma que "por ahora prefiero hacer las mías porque salen de la carne que yo vendo, por lo que conozco el producto". Respecto a los motivos para la creación de la "hamburguesa de laboratorio" destaca que aunque "a largo plazo podría llegar a ser más barata, mientras haya animales no creo que tenga mucha salida".

Otro de los lugares donde la noticia de la innovación hamburguesera sirvió de tema de conversación fue la mítica bocatería viguesa "Papo's". Su dueño, Pepe Amoedo, cree que sus clientes ahora mismo serían algo reacios a una "hamburguesa in vitro", aunque se muestra abierto a todo lo que pueda pasar en el futuro.

Como los carniceros vigueses, Amoedo se muestra escéptico sobre la textura de la carne. Ya que duda de que esta se pareciese a la carne de verdad, por lo que la gente tendría que acostumbrarse e "introducir un cambio en la rutina alimenticia de la población es difícil", afirma.

Relacionado con la llegada de la "hamburguesa de laboratorio", Pepe Amoedo recuerda los inicios de la hamburguesa de tofu, también conocida como hamburguesa vegetariana. Esta salió hace veinte años, recuerda, y en aquel momento muy poca gente estaba interesada en probarla. Ahora, a pesar de que tiene más éxito, confiesa que sólo el 10% de la clientela la pide frente a las hamburguesas normales.