Galicia y toda la parte occidental de la península son las más expuestas al radón, un gas radiactivo natural cuyos niveles excesivos se relacionan con un mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón. Así se deduce del primer mapa de España sobre la presencia del radón realizado por investigadores de la UNED y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que, basado en mediciones en viviendas, utiliza métodos estadísticos para delimitar las zonas con mayor riesgo de exposición al gas radón

El artículo, publicado en la revista "Journal of Radiological Protection", muestra cómo, en prácticamente toda Galicia, el oeste de Asturias, la parte más occidental de Castilla y León, Extremadura y zonas noroccidentales de Andalucía, un porcentaje significativo de las viviendas tiene niveles superiores a 300 bequerelios por metro cúbico.

Este mapa confirma los datos que ya recoge el "Mapa de contaminación por radón de los domicilios de Galicia", diseñado por el Laboratorio de Radón de Galicia, ubicado en el Hospital Clínico de Santiago (CHUS), que ya alertaba de que muchas zonas de la comunidad superaban el 10% de casas con más de 200 Bq/m3 -una cifra sensiblemente inferior a la cogida como referencia para elaborar el mapa del CSN-, lo que las convierte en zonas de alto riesgo. Para elaborar este mapa, el grupo de investigación midió los niveles de este gas en algo más de 3.000 domicilios, escogidos aleatoriamente.

"Como epidemiológicos nos interesaba saber qué zonas eran realmente de riesgo, aunque no hay niveles de radón sin riesgo. En el estudio que realizamos vimos que a partir de 37 Bq/m3, ya había riesgo de padecer cáncer", explicó ayer Juan Miguel Barros Dios, director del Laboratorio de Radón de Galicia y profesor titular del Área Preventiva y Salud Pública de la USC. Según el estudio "Radón y cáncer" realizado por los investigadores gallegos, el 9% de los cánceres de pulmón de Galicia se relaciona directamente con esta radiación natural, una cifra nada desdeñable, según el experto gallego.

Barros, que también es miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública, espera que este mapa sirva para impulsar la elaboración de una normativa que regule la exposición al radón. "La única normativa que hay hace referencia a la presencia de este gas en el lugar de trabajo que establece el máximo en 600 Bq/m3", explica el experto, para quien esta máxima es demasiado elevada. "En Estados Unidos hace años que está en 148 becquerelios", recuerda. Barros lamentó la falta de interés de las administraciones públicas sobre el radón, un problema que precisa una normativa más restrictiva, en opinión de Barros Dios.

El radón se acumula en las viviendas a partir de la exhalación desde el subsuelo sobre el que se ha construido la casa, en mayor proporción si las rocas son ricas en uranio, elemento de origen de este gas. El granito, del que Galicia es muy rica, contiene 5 ppm de uranio y si el mineral está muy envejecido o está agrietado, la probabilidad de que emita radón es aún mayor.

Barros aseguró que existen distintos procedimientos para reducir la concentración de radón en los domicilios, algunos de los cuales requieren reformas mínimas, como la bomba de vacío y el sellamiento de grietas y fisuras, así como la impermeabilización con polietilenos o poliuretanos. "Nosotros hemos llegado a medir concentraciones por encima de los 1.400 todo el año, con picos de 7.400", aseguró el director del Laboratorio de Radón.