Las altas temperaturas que está registrando la comunidad, cercanas a los 40 grados en la provincia de Ourense, pueden provocar deshidratación, un golpe de calor o insolación, por lo que hay que extremar las precauciones, especialmente con niños, ancianos y enfermos crónicos. Cuando el mercurio supera los 36,5 grados, que es la temperatura del cuerpo humano, este puede aumentar de temperatura si pierde demasiado líquido. Para evitar esto, es vital mantener el cuerpo hidratado y la manera más eficaz es beber mucho líquido, aunque no se tenga sed, y evitar salir a la calle en las horas centrales del día.

Sin embargo, esto no es tan sencillo cuando no se tiene sensación de sed, que es lo que les sucede a los niños y personas mayores, lo que las convierten en las principales víctimas de la deshidratación, la enfermedad relacionada con el calor más frecuente. Según el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS), más del 80% de los ancianos bebe menos de lo necesario, y una de cada diez hospitalizaciones de personas mayores en verano se debe a la deshidratación. Para evitar que la persona se deshidrate, lo mejor es ofrecerla de beber, especialmente si hace mucho calor y la humedad ambiente también es elevada.

"Lo ideal es ofrecerles agua cada dos horas, sobre todo si están expuestos al calor, y variar los líquidos porque esto favorece que beban más", aconseja Amil López Viéitez, nutricionista, que recuerda que el aporte de líquidos para mantener una hidratación adecuada también está en las frutas de temporada como el melón y la sandía, y en platos como el gazpacho, que hacen que beber cueste menos esfuerzo y además aportan vitaminas y minerales, que se pierden con el sudor, y son, además, antioxidantes.

Pero las altas temperaturas también pueden provocar bajadas bruscas de tensión, especialmente en hipotensos. Como en el caso de la deshidratación, el mejor aliado es la prevención, pero si se ha sufrido un desplome de la tensión, también hay soluciones rápidas. "Con una botella de 33 mililitros de agua ya sube uno o dos puntos la tensión", explica la especialista. Otros remedios más conocidos son tomar alguna bebida que contenga cafeína o consumir algo salado.

Para evitar esta bajada repentina de tensión, la nutricionista viguesa recomienda cubrirse la cabeza con un sombrero o una gorra, mojársela si hace mucho calor, mantener la hidratación aportando suficientes líquidos al cuerpo y no saltarse ninguna comida porque la alimentación es un gran aliado.

En días de excesivo calor, experimentar calambres musculares en brazos o piernas, agotamiento, desorientación, debilidad o aturdimiento puede ser un síntoma claro de deshidratación o golpe de calor, por lo que habrá que suspender la actividad que se estuviera haciendo, refrescarse durante varias horas y descansar en un lugar fresco, beber agua y consultar con un médico si el cuadro persiste.

En el apartado de la nutrición, esta especialista recomienda evitar las comidas copiosas, especialmente en las cenas y si se va a la playa, para facilitar la digestión y evitar la generación de gases. Las ensaladas son un gran aliado para el verano, porque además de ser platos frescos, rápidos de preparar y ligeros, tienen multitud de recetas, lo que hace que no resulten aburridas. "Una opción es prepararlas con legumbres, que tienen un alto contenido de hidratos de carbono, proteínas y fibra dietética", explica la nutricionista.

Para contrarrestar los excesos alimenticios que suelen tenerse en época de vacaciones, la doctora López Viéitez recomienda cenas ligeras y evitar el consumo de alcohol, que solo aporta calorías vacías. De esta forma además, se evitará coger esos kilos de más tan temidos cuando llega la época estival. "Si has tenido una comida copiosa, prepara una cena ligera, pero nunca te saltes la merienda porque de esta forma llegarás a la cena con más ansiedad", comenta la autora de "La dieta coherente".

También recomienda no mezclar carbohidratos -pan, arroz, pasta, cereales, patatas- en una comida. "Si comes paella, no tomes pan, y si tomas pasta no comas un postre con bizcocho", recomienda la especialista. De esta forma, se facilita la digestión y se evita problemas de gases.

Las personas con problemas circulatorios también ver agravado su problema con la llegada de las altas temperaturas, ya que el calor empeora la sensación de pesadez en las piernas, provoca edemas e hinchazón en las pantorrillas. Para evitar estas molestias, la nutricionista recomienda consumir un caldo depurativo y llevar a cabo medidas posturales, como dormir con las piernas sobre una almohada, y mojarse las piernas alternando frío y calor para activar de este modo la circulación.