Levantarse de la mesa en la oficina aumenta el rendimiento de los trabajadores. Vigo participa en una "red de investigación pionera" junto a otras tres universidades españolas -Vic, como coordinadora, Ramón Llull y País Vasco- que ha demostrado que permanecer menos tiempo sentado frente al ordenador y caminar dentro del horario laboral reduce los riesgos asociados al sedentarismo -muerte cardiovascular, obesidad o hipertensión- y además contribuye a aumentar la productividad y la percepción de bienestar de los empleados.

"Puede parecer paradójico, pero está demostrado que trabajar sentado durante 10 o 12 horas es peligroso para la salud. Y en España esta tasa es muy elevada. No se trata de hacer deporte durante el trabajo sino de facilitar una serie de estrategias, por ejemplo, hacer las reuniones caminando o subir escaleras, para mejorar el estado físico y que esto acabe beneficiando a la productividad laboral. Se reducen las bajas y el presentismo y se detecta el clima laboral", señala Iván Lemos, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y responsable de la red Walk@Work Spain en la Universidad de Vigo.

En el proyecto participaron como voluntarios un total de 246 empleados de las 4 instituciones implicadas, entre ellos 40 docentes y trabajadores de administración y servicios de los campus de Vigo, Ourense y Pontevedra, cuya plantilla total ronda las 3.600 personas. "Después de Citroën somos uno de los grandes centros de trabajo de Galicia y, por tanto, un buen lugar para hacer el estudio", apunta Lemos, que también recopiló 335 encuestas sobre estado de salud, nivel de actividad física y percepción del ambiente laboral.

Durante 19 semanas, los investigadores facilitaron a los empleados de las 4 universidades estrategias para realizar tareas de trabajo activas y caminatas en el entorno laboral, así como material para motivarlos y gráficos interactivos de seguimiento.

Los voluntarios portaban un podómetro y el reto consistió en conseguir y mantener 10.000 pasos diarios, el límite aceptado por la comunidad internacional a partir del que se consiguen beneficios físicos, aunque la media de un trabajador de oficina oscila entre los 4.000 y los 6.000.

Los participantes recortaron en 20 minutos su permanencia sentados y redujeron en 1 centímetro el perímetro de su cintura, un marcador clave de riesgo cardiovascular, así como la adiposidad abdominal, sobre todo, en el caso de las mujeres.

Como consecuencia de esta mejora física, los trabajadores mejoraron su sensación de bienestar y también su productividad. Los cambios de hábito se mantuvieron dos meses después de finalizar el proyecto y muchos empleados aumentaron la actividad física en su tiempo de ocio.

El estudio tiene su origen en una iniciativa desarrollada en la universidad australiana de Queensland, que demostró que caminar en el lugar de trabajo reducía los factores de riesgo de enfermedades crónicas. En la actualidad, los investigadores de Vigo y de las otras 3 universidades españolas trabajan en torno a este tema junto con expertos de varios países europeos, Canadá y Estados Unidos.

La primera fase de Walk@Work Spain contó con financiación del plan nacional de I+D y la segunda etapa acaba de conseguir fondos hasta 2015 en la última convocatoria del Ministerio de Economía y Competitividad.