Un grupo de arqueólogos gallegos del Instituto de Ciencias del Patrimonio (CSIC) ha logrado obtener las primeras dataciones de carbono 14 para piezas de orfebrería castreña de Galicia. Los resultados sitúan su origen en torno al siglo II a. C o principios del I a.C.

Las muestras, que se analizaron en un laboratorio de Miami -el más importante del mundo dedicado a las pruebas del carbono 14- pertenecen a dos conjuntos emblemáticos en Galicia, el Tesoro de Recouso, expuesto en el Museo de las Peregrinaciones y de Santiago, y el Tesoro de Calvos de Randín, conservado en el Museo de Ourense.

"Hasta ahora, las dataciones de esta orfebrería se hacían comparando con piezas afines de otras zonas de la Península Ibérica o por asociación con otras piezas como monedas que aparecían en excavaciones arqueológicas, pero son procedimientos que tienen sus limitaciones y que no aseguran los resultados", explica Lois Armada, investigador principal del proyecto. "La ventaja del carbono 14 es que es una prueba científica, ajena a la subjetividad del arqueólogo, y que data directamente la pieza y no el contexto que le rodea, por lo que los resultados son muy fiables", añade.

En el proyecto se analizaron unos 150 objetos de oro, plata y bronce depositados en museos y centros de investigación de Galicia, Madrid, Barcelona y Portugal. Además de la prueba del carbono 14, que se realizó en tres muestras, se utilizaron otras técnicas arqueométricas no agresivas como la Fluorescencia de Rayos X y la Microscopía Electrónica de Barrido. "Obtener las muestras para el carbono 14 no es sencillo en piezas pequeñas como son la orfebrería", justifica el experto.

La datación obtenida "coincide con lo que pensábamos, aunque había disparidad de criterios", apunta Armada. Así, explica, "algunos grupos opinaban que no había habido orfebrería en los castros gallegos hasta la llegada de los romanos, mientras que nosotros defendíamos que hay continuidad desde el bronce final en la tradición de orfebrería en el noroeste de España". "Los resultados demuestran que hubo una transformación importante a partir del siglo III a. C., que fue un momento de cambios en el ámbito castreño por el comercio con el Mediterráneo y porque comenzaba a haber una mayor concentración de población en los castros por lo que empieza a realizar piezas de orfebrería más pesadas", añade el arqueólogo.

El proyecto, financiado por la Xunta de Galicia, comenzó en 2010 y finalizó recientemente. Sin embargo, tras la experiencia adquirida, los investigadores tienen la intención de continuar en esta línea de investigación.

Entre los conjuntos estudiados destaca el tesoro de Recouso, hallado en el castro de Recouso (Oroso, A Coruña). Se compone de 16 arracadas (pendientes) de oro, 3 lingotes de aleación oro-plata-cobre, una masa de fundición y pequeños elementos. "Es uno de los conjuntos más destacados de la orfebrería castreña del noroeste y no se había estudiado en profundidad", concluye Armada.