Una larga investigación halla respuesta a un interrogante que no se había planteado en el origen del estudio, como ocurre en gran parte de los descubrimientos. Pasó con la penicilina a principios del siglo XX y podría volver a ocurrir con la forma de atajar el sida.

La pregunta, la investigación, el quid del estudio era una rara distrofia muscular de cinturas -una enfermedad degenerativa y por el momento sin cura- y, tras años de estudio y muchas horas sobre la lupa, el equipo entonó "eureka". Científicos españoles, apoyados por el equipo de Anatomía Patología de Vigo que dirige Carmen Navarro, descubrieron nada menos que una "vacuna natural" contra el VIH.

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