Nunca estuvieron tan cerca de los gallegos los misterios de la Amazonia. Los que deseen viajar a ese "mundo perdido", siguiendo los pasos de siete millones de personas en Europa, lo encontrarán desde hoy en la Cidade da Cultura, en la Colección Orinoco, formada por 1.500 piezas de doce grupos étnicos que habitan en la cuenca del río venezolano. Reunir estos tesoros no fue fácil: la familia Cisneros dedicó 30 años a explorar la zona. La Fundación Cisneros, que fundó Patricia Phelps de Cisneros, va más allá de conservar este patrimonio: busca salvaguardar la existencia de estos pueblos difundiendo su cultura.

-¿Por qué optó por el centro diseñado por Eisenman para presentar esta colección en España?

-Presentar Orinoco en España por primera vez en los hermosos espacios de la Cidade da Cultura, cuya infraestructura museística es moderna e innovadora, fue importante para nosotros. La Colección Orinoco posee piezas de grandes dimensiones, como las canoas que utilizan los indígenas en el Orinoco, que podrán ser apreciadas de la mejor manera gracias al espacio tan versátil diseñado por Eisenman. Sin embargo, es la relación con Galicia lo que nos movió a tomar la decisión, los estrechos lazos de amistad y cariño entre nuestros pueblos a partir de la relación con la comunidad gallega en Venezuela, el respeto que sentimos por la cultura gallega y la convicción de que nuestras culturas indígenas serían igualmente respetadas y apreciadas en Santiago.

-¿Qué opina del Gaiás?

-Eisenman es uno de los más consistentes teóricos de la arquitectura de finales del siglo XX. La Cidade da Cultura representó para él una oportunidad de materializar un manifiesto conceptual, a mi modo de ver fascinante, pues fusiona arquitectura y paisaje, sin perder de vista la tradición. De manera perfecta conecta la planta urbana del Santiago medieval, el mapa topográfico del Gaiás, el motivo de la vieira y una grilla cartesiana para lograr una arquitectura sugestiva y espectacular, que es símbolo de eso que acogerá en su seno, la creatividad, la cultura.

-La Cidade da Cultura busca proyección internacional. ¿Cómo se logra eso?

-El impacto de una institución se puede medir solo con el paso del tiempo. La Cidade da Cultura está comenzando a desarrollar sus políticas culturales, que la llevarán seguramente a establecerse como un referente de la cultura gallega e internacional. Ya desde su inauguración ha presentado exposiciones de alta calidad, como "Gallaecia Petrea", uno de los pilares del establecimiento de cualquier centro de arte. También la apertura de nuevas líneas expositivas, novedosas para el público, como la Colección Orinoco, impulsan la internacionalización. Y finalmente apostar por la contemporaneidad, la proyección de los artistas locales, y acercar el museo a la sociedad gallega.

-¿Dónde reside la fascinación que Occidente siente por estos "mundos perdidos" que retrata la exposición de Santiago?

-Octavio Paz decía que la cosmogonía indígena conecta su mundo directamente con el más allá, mientras que el hombre occidental se centra más en su propia circunstancia. Creo que en ello reside esa fascinación. En muchos casos, la falta de conocimiento sobre estas culturas puede llevar a crear narrativas edénicas, que nuestra muestra en Galicia articulará de manera diferente, mostrando la realidad de estos pueblos en simbiosis con la naturaleza y la tradición. Ser testigos de estas culturas fue siempre mágico para nosotros. Espero que la muestra tenga una gran acogida en Galicia, no solo por los lazos de amistad que nos unen sino porque es nuestra primera muestra en un país de habla hispana.

--El coleccionista de arte, ¿no es un explorador de mundos?

-El coleccionismo es una pasión personal, una historia familiar, una aventura y una exploración de la creatividad. Ha sido una manera de acercarme a las grandes creaciones, que tienen un significado en mi mirada individual. Mi lema siempre ha sido mirar y mirar hasta la saciedad, pues es observando que se aprende a apreciar.

-Los lazos que unen Galicia con el otro lado del Atlántico, también Venezuela, son muy fuertes. ¿Deberían aprovecharse también en el aspecto cultural para realizar más exposiciones compartidas?

-Ojalá que así sea, pues el diálogo ya existe de alguna manera. Recuerdo la maravillosa Bienal de Pontevedra, "Utrópicos", dedicada a las manifestaciones artísticas producidas desde los países del Caribe y Centroamérica en 2010, que quiso contextualizar la relación de esos países con Galicia a través de los movimientos migratorios y fue una auténtica lección incluso para los que conocemos la zona. Fue un precedente de diálogo importante. También el Centro Galego de Arte Contemporáneo, que cumple 20 años de impecable reflexión, investigación y programación de vanguardia, ha liderado importantes relaciones con Iberoamérica desde sus inicios. Es importante profundizar ese diálogo para beneficio de los ciudadanos de ambas partes.