En el siglo XVI, en pleno apogeo de los descubrimientos de los españoles en América, Nuño de Guzmán conseguía brutalmente para la Corona Española el noroeste de lo que sería el México actual (zonas de Jalisco, Aguascalientes y Zacatecas). El militar bautizó la tierra como Conquista del Espíritu Santo de la Mayor España, nombre que no gustó nada a Juana I de Castilla (Juana la Loca) quien decidió cambiarlo por Nuevo Reino de Galicia. Durante su estancia en tierras aztecas, la artista afincada en Madrid Patricia Esquivias (Caracas, 1979) tuvo conocimiento de esta historia y decidió visitar la tierra originaria de ese reino: Galicia. Aquel viaje y otros posteriores fueron la semilla de un proyecto artístico -Folklore III- que desde ayer se puede ver en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Vigo.

La pieza es una videoinstalación de 13 minutos en los que Esquivias graba cómo un amigo de Nueva Galicia y ella llegan a Fisterra en coche. En una mesa de souvenirs, la artista descubre una pirámide azteca dorada.

A partir de ahí, intenta relacionar la arquitectura de esas antiguas construcciones mexicanas con las actuales viviendas unifamiliares gallegas. De estas últimas, Esquivias resalta el "derecho a vuelo", la posibilidad de que una casa de planta baja vaya creciendo hacia arriba con nuevas plantas cuyo perímetro puede superar a la inicial.

Esto lo narra en el vídeo en el que también da un palo a la baja autoestima gallega cuando recoge lo que opina su acompañante mexicano sobre Galicia: "Si viajas por la región te da esperanzas porque ves que toda esa gente ha progresado y han logrado agrandar sus casas. (...) Mi amigo dijo que estaba muy sorprendido con la arquitectura (...), que las cosas se veían muy bien hechas, acabadas. La diferencia con el nuevo lugar -el mexicano- es que allí las cosas nunca se terminan y nunca están bien hechas.(...) Pensamos que si esta región -Galicia- continúa prosperando entonces quizás acabarían teniendo edificios que parecerían pirámides aztecas invertidas. Así que las dibujó".

Bienvenida con azulejos

El resultado es un boceto de una supuesta casa-pirámide al revés que Esquivias trasladó del papel a un mural de azulejos que se muestra al inicio de la exposición. Este fue ejecutado por la artesana Susana González Amado, del taller Terralume, con el apoyo de la Fundación Centro Galego de Artesanía.

Esta pieza abre la exposición -comisariada por Agar Ledo y en cuya inauguración acudió el nuevo concejal de Cultura, Cayetano Rodríguez- donde se encuentra Folklore III y que se titula "Todas as tradicións son inventadas". El nombre conecta con un ensayo del historiador Eric Hobsbawm que recoge que "muchas tradiciones son producto de la invención".

El mural del dibujo de la casa aparece trazado en negro sobre azulejos blancos -Esquivias se ha fijado en que muchas casas de Finisterre tienen azulejos en sus paredes exteriores- donde se lee "Hay tanto deseo en la espera como espera en el deseo", frase que aparece en la videoinstalación y que hace referencia a cómo los gallegos esperan para marcharse o volver, para recibir noticias de los que están emigrados...

Otra pieza -la muestra presenta en total de 15- es 111-119 Generalísimo, creada este mismo año, busca reflexionar sobre la falta de interés por la conservación del patrimonio cultural realizado sobre azulejos. Un ejemplo son los murales de unos edificios en la Castellana de Madrid, que han sido eliminados en gran parte con el supuesto fin de dar un aspecto más nuevo al edificio.

Ese mismo deseo de "modernizar" se ve en The future was when?. Aquí contrapone la decisión de conservar mosaicos de azulejos en el metro de Nueva York frente a la opción madrileña de taparlos o retirarlos para dar un aspecto más nuevo al transporte subterráneo.

Esquivias señala que solo una parada de metro conserva los azulejos originarios con murales-anuncios, Chamberí, cerrada al uso ya que forma parte del Centro de Interpretación del Metro de Madrid.