Jacobo Rodríguez Roque, el vigués cuya expareja de origen japonés huyó a su país con los dos hijos de ambos, de 5 y 2 años de edad, en pleno proceso de separación, ya tiene oficialmente y en exclusividad la guardia y custodia de los niños. La sentencia del Juzgado de Familia de Vigo fue notificada el miércoles, el mismo día que el Parlamento de Japón ratificó el convenio internacional de La Haya contra el secuestro infantil parental, lo que facilita la puesta en marcha de mecanismos para localizar a los pequeños en Japón -el único de los países del G-8 que no había suscrito el acuerdo- e iniciar los trámites para que sean devueltos a su padre a España.

La actitud de la expareja de Jacobo, que pese a presentar la demanda de medidas cautelares solicitando la custodia de los pequeños no compareció al juicio y se los llevó a su país sin que desde entonces su padre haya tenido posibilidad de hablar con los pequeños, ha pesado en la resolución de la sentencia favorable al progenitor. La magistrada considera "agrávica" la conducta de la madre de "sustraer a los menores del entorno donde han nacido y crecido y que se les prive de su padre". El fallo sostiene que tal actitud "no encaja en un ejercicio adecuado y responsable de las funciones de guarda y custodia". La sentencia defiende lo mejor para los dos niños y su derecho a mantener el contacto con su progenitor . Por eso sostiene que la sustracción de los pequeños les niega algo fundamental, como la convivencia no solo con sus padre sino también con sus abuelos y la familia paterna con la que han convivido desde que nacieron en Vigo.

El fallo fija también que los dos pequeños pasarán la mitad de las vacaciones de Navidad y de verano con cada uno de sus progenitores y, en principio, no fija que la mujer tenga que pasara a su expareja pensión alguna ya que no trabaja.

"Estoy eufórico. Me va a reventar el corazón. Valía poco la custodia sin el tratado, o el tratado sin la custodia. Oí que Japón lo aprobaba por la radio australiana. Era muy difícil recuperar a mis hijos en Japón, pero estaba dispuesto a cualquier cosa. Ahora veo una luz ", explicaba exultante Jacobo Rodríguez ayer a FARO DE VIGO.

Mientras su abogado, Enrique Termes, explicaba que ya pueden ponerse en marcha mecanismos a través del Ministerio de Asuntos Exteriores para que los niños permanezcan localizados en Japón hasta que el Gobierno nipón ratifique el acuerdo de La Haya y se obtenga alguna resolución, Jacobo pide a su expareja que le permita hablar con los menores. "Hace más de dos meses que se los llevó y no he podido hablar con ellos. Cuando ella estuvo tres meses en su país el verano pasado, los niños se quedaron conmigo y se los ponía diario por skype. Yo necesito verlos y ellos verme a mí", repite.

La sentencia que le otorga la custodia de sus dos hijos supone un cambio importante. "Los niños salieron legalmente de España con su madre aunque sin consentimiento de su padre, pero ahora ya es un secuestro", apunta su abogado.