Les acusaron de haber quemado a su hija con un cigarro hasta 200 veces. Y durante tres meses les retiraron la custodia a estos padres acusados por un presunto delito de malos tratos. Un profesor del colegio de la menor vio lo que parecían unas supuestas quemaduras. La llevaron a un centro de salud sin saberlo sus padres, donde activaron el protocolo de actuación sanitaria.

Durante meses han estado señalados en el pueblo, incluso han tenido que cerrar su negocio. Pero todo ha sido una equivocación porque sus padres han podido demostrar que la niña, de 11 años, desde que nació sufre una dermatitis que le provoca unas heridas que confundieron con las de un cigarro. Un calvario que ahora reclaman a Bienestar Social por cada día que han estado separados de su hija.