La actriz Angelina Jolie anunció esta misma semana que se había sometido a una doble mastectomía. Una decisión dura, pero necesaria para ella, que quiere evitar a toda costa que sus hijos pierdan a su madre por culpa de un cáncer de pecho, el mismo que acabó con la vida de su madre. Sandra Ibarra, modelo y presidenta de la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad Frente al Cáncer y que se ha enfrentado en dos ocasiones al cáncer, asegura: "La decisión de Angelina Jolie me parece muy bien dado que lo ha hecho sin montar revuelo y porque es una decisión que ha sido supervisada por un equipo médico que son los que le han aconsejado someterse a esta intervención, tras comprobar que sus posibilidades de desarrollar cáncer eran muy altas".

La decisión de Jolie de contarlo "ha sido valiente, ella es un referente para muchas personas del mundo y hay que tener en cuenta que la intervención es bastante traumática ya que te desprendes de una parte muy importante de tu cuerpo y te sientes como mutilada". La modelo también apunta que no se trata de que "ahora todo el mundo se obsesione y vaya al médico solicitando un prueba genética, son los profesionales los que después de analizar los parámetros de cada paciente deciden cuándo hay que someterse a este tipo de pruebas". Ibarra considera que siempre que alguien conocido habla con naturalidad de esta enfermedad es un paso más hacia la normalidad. "Cuando yo tuve mi primer cáncer hace dieciocho años la gente no me daba la mano por miedo a contagiarse, yo fui la primera que lo conté en televisión y que dije sí, soy modelo, soy de Medina del Campo, tengo cáncer y me estoy tratando en la Seguridad Social", relata.

La diputada y periodista Uxue Barcos, que acaba de publicar un libro en el que hace un repaso de su último año en el que se ha enfrentado al cáncer de mama. Barcos recoge en su libro "Contra viento y marea" cómo vivir con el cáncer y hace también una defensa a ultranza de la sanidad pública: "Es la mejor y donde me han tratado unos profesionales de una gran envergadura no sólo profesional, sino también humana". Barcos explica que la decisión de Jolie "no es ninguna frivolidad". "Es una decisión enormemente valiente y a la que una mujer sólo se somete cuando los médicos te presentan sobre la mesa unas estadísticas tan duras. A veces la prevención del cáncer de mama llega a estos extremos y yo si me viera en la misma situación que ella y si supiera que mi carga genética me hace susceptible en un 85% de posibilidades a sufrir otro cáncer de mama también lo hubiera hecho, porque se lo debo a mi pareja, a mi familia, a mi hijo y a mis amigos", afirma.

Reconoce que una vez que sabes que estás curada siempre queda "el miedo a las itv, y cada vez que vas a recoger los resultados y te dicen que todo está bien piensas, genial, otros seis meses más". El cáncer no cambia las prioridades de la vida pero sí cambia la percepción de lo verdaderamente importante. "Para mí lo primordial eran y son mi familia, mis hijos y mis amigas pero ahora cuando tengo que dejar el teléfono en silencio lo dejo, porque lo primero es siempre lo primero y antes no lo hacía", asegura la diputada navarra, que recuerda con especial cariño el día de su vuelta al Congreso de los Diputados cuando toda la bancada se levantó para recibirla con un aplauso mientras ella, todavía con el pañuelo atado en la cabeza, se enfrentaba a su primer discurso tras superar la enfermedad. "En aquel momento sentí una emoción profundísima, es una expresión hermosa ver como un escenario como el Congreso, tan denostado en este momento, se levantaba y me recibía de aquella manera, eso demuestra que más allá de la distancia de las bancadas sí hay amistad y cariño y capacidad para expresarlo", dice.

La médica que atendió a Angelina Jolie asegura que la actriz siempre estuvo acompañada de su pareja Brad Pitt. Y es que durante estos procesos el cariño de los demás y la fuerza con la que uno se enfrenta a la enfermedad también cuenta. "No es que te vayas a curar porque pienses que va a ser así, pero hay que aferrarse a la esperanza, si te dicen que hay un tanto por ciento de posibilidades de salir adelante hay que pensar, yo estoy en ese porcentaje. A mi madre le llegaron a decir que a mí me quedaba un fin de semana de vida, ya que tenía el noventa y cinco por ciento de la médula afectada, pero estoy aquí. Las estadísticas están para romperlas, pero no hay que ser cruel con frases como "perdió la batalla", no se pierde la batalla, simplemente alguna veces la enfermedad no se puede curar", explica Sandra Ibarra.

"Lo más importante después de llevarte el batacazo de cuando te dicen que tienes cáncer es aferrarte a la frase de los médicos que te dicen: esto se puede curar", recuerda Uxue Barcos.