El superior general de la Orden Franciscana, el ourensano fray José Rodríguez Carballo,fue ordenado obispo ayer, en una ceremonia en una catedral de Santiago abarrotada, que estuvo presidida por el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone. "Gracias al papa Francisco por la confianza que ha depositado en mi persona", destacó el nuevo arzobispo ourensano de Belcastro tras la ordenación.

La celebración comenzó con una pequeña peregrinación desde el convento franciscano que se encuentra en las inmediaciones de la catedral con Bertone y Rodríguez Carballo cerrando una comitiva de decenas de cargos eclesiásticos, a la que se unieron muchos curiosos al son de gaitas y tambores.

Poco antes de la ceremonia, el arzobispo de Santiago, Julián Barro, mandó un saludo al Papa: "Con filial afecto, a quien esperamos" en Galicia y recordó que el próximo año se cumplen 800 años de la peregrinación de San Francisco de Asís a Santiago, sumándose así a las múltiples invitaciones que con motivo de esta conmemoración se están lanzando al papa en las últimas semanas desde diferentes esferas. Una invitación que fue respaldada de forma unánima por todos los sectores políticos y sociales gallegos.

La ceremonia, que comenzó a las seis de la tarde y duró tres horas, contó con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores y Coooperación, José Manuel García Margallo; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, conselleiros y diversas autoridades. En la misa cantó la Coral de Ponteareas.

En su alocución final, José Rodríguez Carballo agradeció este "inmerecido" nombramiento del Papa Francisco como secretario de la Congregación para los institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y de que a través de él también se confíe en la orden franciscana. "Me comprometo a trabajar con todas mis fuerzas", aseguró el nuevo arzobispo.

Rodríguez Carballo reconoció que su vida ha tenido "altibajos siempre" y que Dios siempre ha sido su "auxilio" desde que despertó en él la vocación franciscana y sacerdotal, en edad muy temprana. Tras ser ordenado con una imposición de manos, se le entregó un anillo -regalo del Papa-, una mitra y un bártulo, a lo que siguió una gran ovación de todos los fieles congregados. Como cierre a su intervención, leyó una carta, del 18 de mayo, que le envió el Pontífice antes de incorporarse en el Vaticano como secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. En ella le expresa "el afecto y cercanía" de Dios a su persona, y valora que siga al Apóstol Santiago el Mayor, que "se venera en Santiago" . Por esta razón, el Papa confía en que su ministerio se base en "la mansedubre, la ternura y la misericordia", leyó el propio Carballo.

Además, tuvo unas emotivas palabras de reconocimiento para su padre y su madre, junto a diversos agradecimientos como a Tarcisio Bertone, al cardenal Carlos Amigo -que le acogió en la orden franciscana en los setenta-, al arzobispo compostelano, y al deán de la catedral, así como al presidente de la Xunta. "Verdaderamente, ha hecho todo lo posible para que este día fuese lo que es", manifestó sobre Feijóo. Tampoco se olvidó de sus vecinos de Sarreaus, a quienes envió un cariñoso saludo.

Durante la extensa ceremonia que fue dividida en cuatro actos, Bertone se refirió al templo compostelano como "un marco incomparable" para la ceremonia de esta ordenación episcopal y pidió a Carballo "bondad", "sabiduría" y "entendimiento" para desempeñar su cargo, en una intervención en la que incluso tuvo unas palabras de gallego para acordarse de las "virxes da Inmaculada e das Dores".

El escudo elegido por Carballo para el desempeño de su función lleva una cruz de Santiago, una concha de peregrino, así como los colores azul y blanco de la bandera de Galicia.