Los fuertes vientos unidos al deshielo primaveral han despegado el hielo que cubría el lago de Manitoba, en Canadá, provocando su impacto sobre decenas de viviendas que han sido literalmente arrancadas del suelo.

Se trata de un fenómeno bastante raro y totalmente impredecible. En Estados Unidos también ha ocurrido el mismo fenómeno al borde de un lago en Minnesota. No ha habido que lamentar heridos.