Barros explicó los orígenes de su estudio sobre esta familia gallega del siglo XV. "Está basada -explicó- en la obra perdida sobre los linajes gallegos del poeta y luego franciscano de Padrón, Juan Rodríguez de Padrón, que reproduce el cronista Joan de Ocampo en su obra "Descendencia de los Pazos de Probén", publicada en 1587. "Una copia de la misma llegó hace 26 años a mis manos gracias a la familia de José María Álvarez Blázquez, excronista de Vigo, cuando iniciaba mis investigaciones en la USC sobre la Edad Media gallega".

Barros habla de una etapa en que existía el sistema ideológico dominante de los tres órdenes, la militar para defender el cuerpo, la eclesiástica para defender el alma y la campesina que los mantenía con su producción. "Es una etapa en que el modelo caballeresco, el conjunto de virtudes pertenecientes al oficio militar de la nobleza medieval, pasa de ser sostenido por los grandes señores a los fidalgos o pequeña nobleza".

Y es en ese contexto en el que las balas de fuego del "gran señor" Pedro Madruga, y su persistencia cruel en acabar con las otras casas nobles de Vigo, Pontevedra y el Obispado de Tui acaban con los pequeños señores, verdaderos caballeros, cuyas casas dependen más, a partir de la muerte del defensor de Tenorio, de sus fuertes mujeres (el modelo caballeresco era machista). "La nuera de Diego -dijo- llega a negarle a su marido (Xácome) cama y mesa hasta que sacase en Valladolid su carta ejecutoria de hidalguía, porque no se la reconocían los vecinos de Vigo que le obligan siendo noble a pagar impuestos. El valor cambia de sexo en la casa de los Pazos de Probén.