Se llama "Liberator", se compone de quince piezas de plástico ABS recubierto de acetona vaporizada y es, ni más ni menos, que una pistola fabricada en casa con una impresora 3D. Su creador, un texano de 25 años que cursa estudios de Derecho, se llama Cody Wilson y ha grabado un vídeo en el que puede comprobarse cómo su artilugio casero -que además de las piezas de plástico incluye una especie de clavo o aguja que actúa como percutor- dispara con soltura balas de diferentes calibres, aunque las que se usan en la prueba son del 38.

La historia de este artefacto, cuya trascendencia es aún difícil de calcular, ha sido explicada con todo lujo de detalles por la revista "Forbes". Cody, que se define como criptoanarquista, forma parte de un grupo de defensores de las armas de fuego llamado "Defense Distributed". El texano y sus amigos, además de firmes opositores de la política de control de armas que pretende instaurar el presidente Obama, defienden la idea de que, para liberarse de las garras del sistema, lo mejor es desarrollar todas las potencialidades de las incipientes impresoras 3D y hacerse uno mismo en casa cuantos objetos necesite.

Para llegar a construir con éxito "Liberator", Cody Wilson y sus amigos tuvieron que invertir unos 8.000 dólares (algo más de 6.000 euros) en una impresora Dimension SST, fabricada por la casa Stratasys. Pero su página web ya había conseguido 20.000 dólares (unos 15.400 euros) a través de donaciones para financiar el proyecto.

Ahora, los planos de cada una de las piezas que componen "Liberator" se encuentran colgados en la red. Al parecer la pistola es lo bastante resistente como para que se realicen varios disparos con ella, pero Wilson alerta de que si la bala es demasiado potente podría destruir el arma, debido a la fragilidad de los materiales.

Aunque Wilson posee una licencia de fabricante y vendedor de armas, es consciente de que, una vez que la gente se haga con sus planos, cualquiera podrá construirse un arma en su casa. Un arma ilegal, claro, sin permisos ni número de serie. "Eso precisamente es lo que queremos poner de manifiesto", resalta en sus declaraciones a "Forbes", "que te puedes imprimir un artefacto letal, lo cual resulta escalofriante".

A pesar de la notoriedad que ha alcanzado recientemente Wilson y The Liberator, Josh Sugarmann, director ejecutivo de la organización Violence Policy Center, manifestó sus dudas sobre si realmente la pistola es viable, dados los conocidos problemas que supone someter a piezas de plástico a la temperatura que se alcanza en una detonación.

Un nombre vinculado a la Resistencia

La pistola casera de Cody Wilson y su grupo de criptoanarquistas ha sido bautizada con el polémico nombre de The Liberator porque, según explica el propio autor, evoca a la FP-45 Liberator de la Segunda Guerra Mundial, que tenía un coste de fabricación muy barato y que fue aprovechada por los Estados Unidos para repartirla en masa a los guerrilleros de la resistencia francesa para que atacasen a las patrullas nazis

La "guerra" de la Asociación del Rifle

Los líderes de la Asociación Nacional de Rifle (NRA), que estos días ha celebrado su convención anual. han lanzado una serie de duras advertencias al presidente de EE UU, Barack Obama, y a los partidarios de endurecer las leyes sobre control de armas, a la vez que han reafirmado su intención de luchar por los derechos que les reconocr la Constitución estadounidense.

"La venganza es lo que está motivando el intenso desafío del presidente a los propietarios de armas", aseguró el presidente electo de la NRA, Jim Porter. Otro de los dirigentes de la NRA, Wayne LaPierre, resaltó que el veto del Senado a tramitar la ley sobre el control de armas de Obama "no es más que una escaramuza en lo que sólo podemos definir como una larga guerra en defensa de nuestros derechos constitucionales".

LaPierre se felicitó de que la NRA haya alcanzado la cifra récord de cinco millones de miembros poco después del ataque contra una escuela primaria en la localidad de Newtown, en diciembre del año pasado, en el que murieron un total de 20 niños y cinco profesoras.