La edad de inicio en el consumo de alcohol entre los escolares españoles está en 13,7 años, según la última encuestra del Plan Nacional sobre Drogas, un problema que se agrava si se tiene en cuenta que es común que los adolescentes consuman cuatro o cinco bebidas alcohólicas en un solo día, normalmente durante el fin de semana y por la noche.

A la vista de estos datos, el Gobierno ultima ya una legislación más restrictiva con la edad legal para consumir cualquier clase de bebida alcohólica. La norma que prepara el Ministerio de Sanidad unificará la edad de acceso al alcohol a los 18 años en todo el territorio. El Gobierno gallego ya elevó de 16 a 18 años la edad mínima para consumir hace dos años a través de un proyecto de ley y endureció las sanciones, que oscilan entre los 600 euros y los 600.000. Pero hasta ahora en Asturias, por ejemplo, era legal consumir alcohol a los 16 y 17 años. Si prospera esta ley -ya fracasaron dos intentos de gobiernos anteriores- estará prohibido el consumo, la venta y la dispensación a menores.

El aumento de la edad legal para consumir alcohol y su control han venido siendo una reivindicación de colectivos ciudadanos, especialmente críticos con los efectos que el "botellón" causa en la población adolescente.

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, se reunió esta semana con una decena de catedráticos e investigadores para recabar aportaciones para la futura norma. Entre ellos, al catedrático de Psicología Clínica de la Universidad de Santiago de Compostela, Elisardo Becoña. El experto en adicciones evitó pronunciarse sobre el entramado legal que prepara el gobierno y aseguró que los investigadores trasladaron "su opinión" al Ministerio.

Mato pidió a los once científicos, catedráticos e investigadores convocados asesoramiento en la elaboración de esta norma.

De prosperar esa ley, se limitará toda la publicidad orientada a fomentar el consumo de bebidas alcohólicas en menores y estudia incluir leyendas o rótulos en los envases de las bebidas. Otra de las medidas propuestas es recordar la prohibición en los establecimientos suministradores y la posibilidad de establecer cursos de formación para quienes dispensen alcohol. El Ministerio trabaja para "alcanzar el consumo cero de alcohol en menores".

El consumo de alcohol por parte de los menores es un problema de salud pública, además de un problema social. Por eso, en materia de sensibilización acerca del impacto de las bebidas en los niños y los riesgos asociados, el Ministerio estudia incluir medidas adicionales, como establecer, de forma obligatoria, para el personal que dispense bebidas alcohólicas, cursos de formación específica.

Esta norma, cuya elaboración está también contemplada en el Plan Nacional de Infancia y Adolescencia 2013-2016, aprobado este mes en Consejo de Ministros, persigue los objetivos de mejorar la sensibilización, fomentar alternativas de ocio saludable y, sobre todo, proteger a los niños.