La zamorana Encarnación Crespo Rodríguez ha destinado toda su fortuna, valorada en casi dos millones de euros, a ayudar a las personas necesitadas. Es la previsión que hizo en su testamento y que, al fallecer la benefactora, ya se está cumpliendo mediante la constitución de una fundación que lleva su nombre y el de su hermano, Antonio y Encarnación Crespo Rodríguez, que ya se encuentra legalmente formalizada e inscrita en el registro de Zamora.

Ha sido el albacea testamentario, el abogado Pedro Martínez de Paz, el encargado de constituir la fundación para dar cumplimiento a las disposiciones establecidas en el testamento de la finada. "Encarnación Crespo tenía unos bienes y a la hora de decidir su destino cuando ella muriera, ya que no tenía herederos directos, por vía de testamento optó por que se constituyese una fundación, con el nombre de ella y de su hermano, con unos bienes que se destinarán a fines benéfico sociales, para personas en riesgo de exclusión social", relata Martínez de Paz.

Textualmente aparecen como fines de la fundación en la documentación oficial la "asistencia social mediante la promoción y atención a las personas en riesgo de exclusión por razones físicas, sociales o económicas, dotándolas de medios suficientes que cubran su permanencia y necesidades vitales en establecimientos o residencias especiales, en atención a sus circunstancias personales y en régimen de internado". La Fundación cuenta con un patronato, cuyos integrantes también designó la benefactora en su testamento, personas de su confianza. El presidente es Félix Gómez Rodríguez, conocido en la ciudad sobre todo como presidente de una cofradía, la de la Buena Muerte, aunque profesionalmente dedicado al sector bancario. Como vocales están Joaquín Juan Domingo Quintana y María Sonsoles Madrigal Jiménez y como secretario no patrono el propio albacea, Pedro Martínez de Paz.

Encarnación Crespo vivió en Zamora y cuidó de sus padres y posteriormente de su hermano. Su familia se dedicó a los transportes, aunque ella nunca destacó en sociedad por nada especial. Al morir su hermano se fue a vivir a la residencia del Amor de Dios, aunque se encontraba en plenitud de facultades y lúcida prácticamente hasta su fallecimiento. La herencia que deja está constituida por tres inmuebles en Zamora -un edificio de pisos y dos solares- además de otro inmueble en Bilbao, valorados todos ellos en 485.000 euros. Además deja una cuenta bancaria con un saldo de 321.000 euros y participaciones en fondos de inversión, depositados en cuentas en el Banco Ceiss (Caja España-Caja Duero) por un valor total de 1.099.001 euros. El montante total de la herencia está valorado en casi dos millones de euros, concretamente 1.905.893 euros. Una dotación que, indica el secretario general de la Consejería de Presidencia de la Junta, José Manuel Herrero Mendoza, en la resolución por la que se aprueba la fundación "se presume suficiente, de conformidad con lo dispuesto en la Ley 50/2002 de 26 de diciembre".

También considera que "la documentación presentada reúne los requisitos exigidos" y por tanto "procede estimar la solicitud de inscripción (en el registro de Fundaciones de la Comunidad), ya que en el preceptivo informe del Protectorado se acredita que los fines previstos son de interés general, que la dotación fundacional es adecuada y suficiente y que el contenido de los estatutos se ajusta a los dispuesto en la ley". Pedro Martínez de Paz desconoce las razones que pudieron llevar a Encarnación a dar el fin social a sus bienes tras su fallecimiento.

"Salía a la calle, iba a misa, estaba lúcida, estuvo bien hasta la muerte. Quizá haya sido el hecho de haber vivido en una residencia lo que le llevó a tomar la decisión para ayudar a personas que pudieran necesitar esa asistencia", intuye el abogado. El origen de tan abultado patrimonio está en que Encarnación fue heredando los bienes de su familia, a medida que iban falleciendo. Aunque no tenía descendencia directa al parecer sí contaba con sobrinos, aunque se desconoce por qué razón decidió dejar el testamento para crear la mencionada fundación. "Se hizo con ese patrimonio familiar y decidió al final de su vida, dedicarlo a un fin social, nada más", señala el abogado Martínez de Paz.

Una vez constituida la Fundación en próximas fechas se celebrará la reunión del Patronato para que este órgano comience a ejecutar los deseos de Encarnación Crespo con respecto a su patrimonio. "Procuraremos dar el mejor destino a los fondos en los tiempos en los que nos toca vivir, con tantas necesidades sociales que cubrir", asegura el albacea testamentario.

Algunas personas que conocieron a Encarnación Crespo se refieren a ella como "una mujer absolutamente normal", mientras otras dan cuenta de ciertas características de su carácter que podían indicar en ocasiones un trato difícil.