El ensayista Xesús Alonso Montero (Vigo, 1928), catedrático emérito y presidente de la Real Academia Galega está convencido de que para esta institución, asentada en la coruñesa Rúa Tabernas, su llegada es un "chollo": "Yo soy una ganga para la RAG".

El octogenario escritor pretende un ahorro de hasta 13.000 euros al renegar del vehículo oficial y desplazarse en transporte público: "Voy siempre en tren, es más barato, además me hacen un descuento del 40%, así que, soy una bicoca", ha contado a EFE, y ha mostrado su convicción firme de que sus antecesores se han equivocado en las cuentas.

Alonso Montero sustituye desde hace poco más de una semana en este puesto a Xosé Luis Méndez Ferrín, que dimitió cuando todavía le quedaba un año de mandato. El diario ABC Galicia había publicado durante semanas diferentes reportajes acerca del uso de un "coche de lujo" y "nepotismo" por la contratación de familiares.

El equipo de Méndez Ferrín alegaba que el empleo del vehículo oficial "asignado" ayudaba a economizar 12.000 euros, pero Alonso Montero insiste en que no: "Por eso vamos a prescindir de su uso porque con el tren, ciertamente, sí que se ahorra".

El actual responsable de la RAG desvela en su conversación con EFE cómo ha sido el proceso que lo ha llevado a convertirse en el cabeza visible de la Real Academia Galega.

Apunta, en este sentido, que un marxista, como él, siempre tiene una concepción del bien público mucho más elevada que aquel que no ostenta esta condición: "Yo asumo que el bien público está por encima de todo".

Por ello cuenta que en su caso, en este momento de su vida, su voluntad pasaba por terminar de escribir cinco libros que tiene sobre la mesa, "algo que era legítimo", pero que no obstante está "por debajo de lo que puede ser mi contribución a ese bien público".

Así, recuerda que más de una decena de académicos le insistieron durante unos quince días para que liderase una candidatura, la que compitió y venció por un estrecho margen a la encabezada por Manuel González, que buscaba ser continuista.

"Es mi marxismo lo que me llevó a aceptar la candidatura a presidente, pero yo no soy académico por marxista. Soy académico por filólogo y por defensor de la lengua, y eso tiene que quedar claro para no desorientar, porque esta no es la Academia de Ciencias Políticas, sino una academia que ha de trabajar por la ilustración, defensa y promoción del gallego", enfatiza.

Precisamente de la lengua apostilla que "no es de los marxistas, ni de los no marxistas. No es ni siquiera de los nacionalistas, es de todos los gallegos, y lo he dicho en reiteradas ocasiones. Yo, como ciudadano, como ser humano, soy marxista y sé que hay ricos y pobres, hay gente que vive bien y gente que no, y tal y cual..."

"El idioma gallego -añade- es de los parados, y también es o debería ser de los que dirigen las finanzas".

Este intelectual, sabedor de que siempre sale a relucir su marxismo, manifiesta que a la hora de hacer un trabajo o un boletín por ejemplo para la Facultad de Filología, su concepción marxista se refleja, "pero yo no estoy en la Academia por eso. Solo acepté ser presidente por mi condición de marxista porque si no lo fuera... En este momento en que yo sé que voy a morir sin terminar cinco libros que tengo..."

"Ya me contarán, seguramente no voy a tener más vida que los cuatro años de esta legislatura y no voy a terminar esos libros. Pero la contribución al bien público siempre está por encima", subraya con insistencia.

De su predecesor, Méndez Ferrín, afirma que tampoco estaba en la RAG por "independentista". "A nosotros no nos eligen por nuestras ideas políticas. A mí cuando me eligieron académico fue por mis trabajos relacionados con la filología y por mi actitud de defensa del gallego, sobre todo en una época en la que esto era arriesgado, en pleno franquismo".

Esta defensa la hacía entonces, y ahora, bajo su punto de vista, resume alguien que se declara "muy galleguista" pero no lusitanista: "Mi punto de vista sobre la problemática del gallego no siempre coincide con el de otros. Lo que no sé es si el de otros es más acertado o menos. Si pudiera decirlo alguien de arriba... que no creo... estaría bien. Pero de momento nos movemos en el relativismo", concluye.