El apocalipsis es un tema que el cine español está abordando mucho últimamente. Desde un fin de los tiempos real ("Lo imposible", de Juan Antonio Bayona) hasta una interrupción sobrenatural y mortecina del discurrir universal ("Fin", de Jorge Torregrossa).

En "Los últimos días" los hermanos Pastor tratan la bajada del telón de la humanidad desde la perspectiva de un virus que ha acabado con gran parte de la población y está acabando con la que queda.

En medio de la guerra por la supervivencia, se encuentra Marc (Quim Gutiérrez), un chico que va en búsqueda de su novia a través de una Barcelona devastada. Con referentes clásicos de la ciencia ficción en permanente sucesión ("Soy leyenda" o "Cuando el destino nos alcance"), "Los últimos días" aguanta como una apuesta con voz propia, con un reparto equilibrado y con la inusual intención de explorar mundos alternativos, pero no profundiza en ninguna de sus propuestas, repite cansinamente muchos tópicos del subgénero y olvida a sus personajes demasiadas veces para centrar los esfuerzos en el área de los efectos especiales, correctos pero nada espectaculares.