José Antonio Costoya (Santiago, 1970) es investigador del Grupo Oncológico Molecular del CIMUS (Universidade de Santiago de Compostela) y durante cinco años, entre 1999 y 2004, trabajó en el mismo departamento que los investigadores que han desarrollado la nueva terapia genética en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.

-¿Qué opinión le merecen los resultados obtenidos en el tratamiento de la leucemia con esta nueva terapia genética?

-La verdad es que son unos resultados impresionantes. Este grupo lleva muchos años trabajando en esta terapia, primero en modelos animales y luego en varios ensayos clínicos, y este es el resultado de uno de esos ensayos.

-¿En qué consiste exactamente?

-El tratamiento, que aún está en fase muy experimental, lo que hace es extraer la células T, un tipo de glóbulos blancos que normalmente combaten los virus y cáncer, y las modifican genéticamente, les "entrena" para que aprendan a identificar y ataquen cualquier célula B que tenga un determinado tipo de proteína, en este caso la CD19, vinculada a este tipo de leucemia. El precio a pagar es que con la terapia se destruyen también otras células sanas, pero merece la pena porque éstas se vuelven a recuperar.

-¿Por qué si se consiguió hacer desaparecer las células cancerígenas hubo aún así que someter a un trasplante de médula a los pacientes?

-El trasplante de médula se puede realizar cuando la leucemia se encuentra en una fase controlada, después de someter al paciente a quimioterapia, y una vez que se ha encontrado a un donante compatible, que no siempre es fácil. Los pacientes de este estudio no respondían bien a la quimioterapia y no podían ser trasplantados. Tras la terapia genética se les hicieron unas pruebas muy minuciosas que no detectaron la enfermedad, por eso hablan de "remisión". Puede que no fuera necesario el trasplante, pero se trata de una terapia experimental y los pacientes podrían recaer. Los médicos prefirieron por eso seguir el protocolo y asegurarse con el trasplante.

-¿Será posible aplicar esta terapia génica a otros tipos de cáncer?

-Sí, ya se están haciendo ensayos con otros como el melanoma, el cáncer de próstata o de mama entre otros, pero con este tipo de leucemia es la primera vez que se utiliza en pacientes adultos y los resultados son prometedores.

-¿Está en la terapia genética el futuro de la curación del cáncer?

-Es una vía más. El cáncer son muchas enfermedades y cada paciente tiene un tumor distinto. Cada técnica es una pieza más. Esto es una gran conquista pero no va a ser el único método de curación. Hay que seguir apostando por invertir en inmunoterapia y financiar a los grupos que trabajan en ello.