Un cardenal español, seguramente el más desconocido de todos, suena como posible secretario de Estado del Papa Francisco. Santos Abril y Castelló (Alfambra, Teruel, 1935) cuenta -a juicio de diversos observadores vaticanos y de distintos medios de comunicación- con un perfil muy idóneo para convertirse en el «número dos» de la Iglesia católica. El diario italiano «La Stampa» ha publicado que Abril fue uno de los cuatro purpurados más votados durante la primera jornada del reciente cónclave. Se le considera un elemento aglutinador de votos para Bergoglio.

Santos Abril es arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor, visitada por el nuevo Pontífice en la mañana siguiente a su elección. De carácter discreto, es un gran conocedor de la curia vaticana, condición que podría complementarse con la de Jorge Mario Bergoglio, quien hasta hace una semana era cardenal arzobispo de Buenos Aires. Se le considera uno de los integrantes más influyentes del círculo más cercano a los papas en los últimos años. Antes, estuvo destinado en numerosas nunciaturas (embajadas), entre ellas la de Argentina. En este país, en el que permaneció entre 2000 y 2003, coincidió con Bergoglio.

Tras su último destino, regresó a Roma, donde fue nombrado vicecamarlengo y miembro de las congregación para los Obispos y las Causas de los Santos. Su nombre aparece y desaparece de las quinielas del futuro núcleo íntimo del Papa. El cardenal Abril declina pronunciarse al respecto: se limita a afirmar que está a disposición del Sumo Pontífice. Francisco ha dejado claro que no tiene ninguna prisa en renovar la curia, cuyos cargos fueron confirmados de forma provisional el pasado sábado. Se da por hecho que el actual secretario de estado, Tarcisio Bertone, dejará su cargo en un plazo relativamente breve.