El Papa Francisco visitó ayer por sorpresa al cardenal argentino Jorge María Mejía, de 90 años, que sufrió un infarto de miocardio hace tres días y se encuentra hospitalizado en una clínica de Roma. El Pontífice llegó a primera hora de la tarde a la clínica, en medio de la sorpresa del personal sanitario, de los enfermos y de los visitantes. Según informó sor Marina, directora de la clínica, el papa fue recibido con un largo aplauso y subió a la zona de cuidados intensivos en la que está ingresado el cardenal Mejía, donde permaneció entre 20 y 30 minutos. El papa Bergoglio, indicaron fuentes médicas de la clínica, bendijo asimismo las manos del cardiólogo que ha tratado a su compatriota Mejía, el doctor Marco Miglionico, a quien pidió que dé el alta al cardenal "cuando esté bien curado".