"La Iglesia necesita un cambio profundo dentro de un mundo que lo necesita también, y que el iluminado por Dios para liderar ese cambio sea un argentino me alegra y me llena de orgullo. A medida que voy conociendo más su figura y trayectoria, más elementos encuentro que acrecientan las emociones y el orgullo patriótico". Así describe el artista argentino afincado en Vigo Jaime Correa Deulofeu su sentimiento ante la elección del Papa Francisco, del que destaca su sencillez.

"Es humilde y predica con el ejemplo. Es sencillo y escapa de la pompa", añade este emigrante argentino, quien se muestra convencido de que Francisco "contribuirá a una mayor comprensión de la idiosincrasia latinoamericana y sudamericana", aunque también reconoce que su camino no será sencillo. "Pero para eso contará con la ayuda de una nueva legión de seguidores que ha comenzado a reclutar desde el mismo momento en que apareció por primera vez en los balcones vaticanos. A juzgar por la enhorabuena y congratulaciones recibidas desde todos los rincones del mundo, el primer gol ya lo metió", añade Deulofeu, que emplea esta metáfora aprovechando la afición del pontífice al fútbol.

Pablo Valente, preparador de porteros del Pontevedra CF, la elección de Francisco ha sido una sorpresa tanto para Argentina como la propia Iglesia, ya que no se encontraba entre los favoritos. El futbolista argentino ve en el nuevo pontífice un hombre sencillo y muy preocupado por las injusticias sociales.

"Por su manera de pensar y sus valores creo que puede aportar mucho no solo a la Iglesia, sino al mundo", afirma Valente, que reside en Galicia desde el a 2003. Para Valente, la humildad con la que el cardenal Jorge Mario Bergoglio se presentó al mundo como nuevo Papa es ya un motivo de orgullo patrio. "Rechazó ir en la limosina papal y eso ya dice mucho de cómo es", insiste.

Rosa Parra, miembro de la directiva de la Asociación Casa Argentina en Vigo, que el Papa sea iberoamericano es un orgullo para todos los habitantes del continente suramericano. Además, destaca, como sus compatriotas, su humildad. "Es un hombre muy sencillo, al que le tocaron ya unos momentos muy difíciles en Argentina, donde estuvo trabajando en silencio, aunque esto algunos lo interpreten como consentimiento. Pero no se cruzó de brazos ante los problemas como tampoco creo que vaya a hacerlo ahora", asegura esta cuidadora, que hace ocho años tuvo que emigrar al no encontrar trabajo en su país. Parra tiene confianza en que el nuevo Papa contribuya a construir un mundo mejor, aunque matiza que para ello necesitará apoyo. "Un solo hombre no puede cambiar la injusticia, la violencia y la incomprensión del mundo", asegura esta argentina, quien confía también en que sea capaz de "poner orden" dentro de la Iglesia.